Nation World News:

The evil in this remote point of the planet is demonstrated by an extreme appetite for deforestation, which puts Bolivia among the three countries in the world with the greatest loss of its tropical primary forests, reports Global Forest Watch And that too during 2022. World Resources Institute – 386,000 hectares got rid of, a 32 percent increase compared to 2021.
The dark side is also represented by wildfires that arrive just in time to destroy millions of hectares of forest every year; the pollution of Amazonian rivers where hundreds of illegal mining companies operate, whose mercury waste flows into the veins of residents of at least thirty indigenous communities who eat poisoned fish; for drug traffickers who hide their cocaine factories among leafy trees and where they also open secret passageways; From projects that threaten the construction of dams and from the actions of officials who – far from supporting the fight to protect the forest – are merciless against the guardians who share a close relationship with the earth, air and water . They refuse to bow before the dark forces that threaten their holy home.
The Amazon, the world’s largest tropical forest, where Bolivia has a map of 824,000 square kilometers, representing 70 percent of its national territory and 11 percent of the entire continental Amazon basin, does not fear the attacks of what evil Tries to break down the protective shield the natives have inherited from their forefathers.
The power of illegal miners lies in their ability to wield political and economic power, exert pressure on government, and destabilize protected areas. Its strength lies in the support of the communities and the lack of effective criminal action by the state. This disproportionate power has weakened Madidi National Park (La Paz) and threatened the integrity of its protectors, such as indigenous leaders Alex Wilka Limako, Ruth Alipaz Kuqui, and park ranger Marcos Uzquiano.
At the entrance to the Noel Kempff Mercado National Park (Santa Cruz), land encroachment by government-compliant settlers is one of the main concerns, as is a lack of respect for the Amazon that threatens flora, fauna and peace.
In the Isiboro Secure Indigenous Territory and National Park (TIPNIS), between Beni and Cochabamba, Roycer Herbie, an Amazonian indigenous man from the Yuracare ethnic group, often affirms with conviction: sustainable tourism is a solution to fight against the jungle’s enemies.
*Chronicle produced by Revista Nomadas in collaboration with the Amazon Rainforest Journalism Fund in alliance with the Pulitzer Center.
La maldad en este remoto punto del planeta se demuestra con un apetito extremo por la deforestación, que coloca a Bolivia entre los tres países del mundo con mayor pérdida de sus bosques primarios tropicales, informa Global Forest Watch Y eso también durante 2022. Instituto Recursos Mundiales: 386.000 hectáreas eliminadas, un aumento del 32 por ciento en comparación con 2021.
El lado oscuro también está representado por los incendios forestales que llegan justo a tiempo para destruir millones de hectáreas de bosque cada año; la contaminación de los ríos amazónicos donde operan cientos de empresas mineras ilegales, cuyos desechos de mercurio desembocan en las venas de pobladores de al menos una treintena de comunidades indígenas que comen pescado envenenado; por narcotraficantes que esconden sus fábricas de cocaína entre frondosos árboles y donde también abren pasadizos secretos; desde proyectos que amenazan la construcción de represas y desde el accionar de funcionarios que lejos de apoyar la lucha por proteger el bosque, son despiadados contra los guardianes que comparten una estrecha relación con la tierra, el aire y el agua. Se niegan a inclinarse ante las fuerzas oscuras que amenazan su santo hogar.
La Amazonía, la selva tropical más grande del mundo, donde Bolivia tiene un mapa de 824.000 kilómetros cuadrados, que representan el 70 por ciento de su territorio nacional y el 11 por ciento de toda la cuenca continental del Amazonas, no teme los ataques de lo que el mal intenta romper el escudo de la barrera protectora que los indígenas han heredado de sus antepasados.
El poder de los mineros ilegales radica en su capacidad para ejercer poder político y económico, ejercer presión sobre el gobierno y desestabilizar las áreas protegidas. Su fortaleza radica en el apoyo de las comunidades y la falta de acción penal efectiva por parte del Estado. Este poder desproporcionado ha debilitado el Parque Nacional Madidi (La Paz) y amenazado la integridad de sus protectores, como los líderes indígenas Alex Wilka Limako, Ruth Alipaz Kuqui y el guardaparque Marcos Uzquiano.
En la entrada al Parque Nacional Noel Kempff Mercado (Santa Cruz), la usurpación de tierras por parte de colonos obedientes al gobierno es una de las principales preocupaciones, al igual que la falta de respeto por la Amazonía que amenaza la flora, la fauna y la paz.
En el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure (TIPNIS), entre Beni y Cochabamba, Roycer Herbie, indígena amazónico de la etnia Yuracare, suele afirmar con convicción: el turismo sostenible es una solución para luchar contra los enemigos de la selva.
*Crónica producida por Revista Nómadas en colaboración con Amazon Rainforest Journalism Fund en alianza con el Pulitzer Center.
