
Human Rights Watch observes 16 years of political use of justice in Bolivia
[Use this link to read the full World Report 2022 pertaining Bolivia, excerpt follows on Justice]
Kenneth Roth, Executive Director, HRW:
Political interference has plagued Bolivia’s justice system for years. The Jeanine Áñez government (November 2019-2020) pursued baseless charges against political opponents. The Luis Arce government (November 2020 to date) supports unsubstantiated and excessive charges of terrorism and genocide against former President Áñez, and in February 2021, issued an amnesty for crimes related to the country’s 2019 political crisis that appeared designed to favor his supporters. In response to a report issued in August by a group of international experts, President Arce revoked the amnesty and promised to reform the justice system.
The international experts documented serious human rights violations during the Áñez interim government, including two brutal massacres by security forces and acts of violence “instigated” under the preceding government of Evo Morales (January 2006-November 2019). They exposed failures by the Attorney General’s Office to conduct adequate investigations and ensure accountability for these crimes.
Women and girls remain at high risk of violence. Prison overcrowding and excessive pretrial detention continue. Indigenous communities face obstacles to exercise their right under international law to free, prior, and informed consent to measures that may affect them, and are severely affected by fires set by farmers that spread to Indigenous lands.
Judicial Independence
Former President Evo Morales weakened judicial independence during his almost 14 years in power. The 2009 constitution empowered voters to elect high court judges from lists created by the Plurinational Assembly; legislators from Morales’ party—the Movement toward Socialism (MAS, in Spanish)—packed the lists with its supporters. In 2010, all judges appointed before 2009 were deemed “temporary.” Scores were summarily removed.
During Morales’ government, prosecutors filed what appeared to be politically motivated charges against several of his political rivals.
About 80 percent of judges and prosecutors remain “temporary,” heightening the risk that, in order to remain in their positions, they will issue decisions to please the authorities.
To further its interests, the government of President Áñez publicly pressured prosecutors and judges, leading to criminal investigations, many apparently politically motivated, of more than 150 people linked to the Morales government, for sedition, terrorism, or membership in a criminal organization.
After winning the October 2020 presidential election, Luis Arce, from MAS, said the justice system should be independent from politics. In November 2020, he established a commission of experts to propose reforms.
However, in February 2021, President Arce decreed an amnesty that opened the door to impunity for serious crimes and appeared designed to favor his supporters. In March, authorities detained Áñez and two of her former ministers on terrorism and other charges for their alleged participation in a coup against Morales in November 2019. In August, the attorney general accused Áñez of genocide in connection with two massacres that occurred during her government. Human Rights Watch examined the charging documents and did not find evidence that she had committed terrorist acts or genocide.
Áñez remained in pretrial detention as of November 3. In August, the United Nations Office in Bolivia called on the government to provide suicide prevention and other services to ensure her health.
Also in August, the Interdisciplinary Group of Independent Experts (GIEI, in Spanish), which was established under a government agreement with the Inter-American Commission on Human Rights, issued a report exposing the lack of independence in the judicial system. In response, the Arce administration revoked the February 2021 amnesty decree. In October, his government signed an agreement with UN agencies to reform the justice system that includes receiving recommendations from national and international experts.
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https://www.hrw.org/world-report/2022/country-chapters/bolivia
Human Rights Watch observa 16 años de uso político de la justicia en Bolivia
Señala que Morales socavó la independencia judicial durante su gobierno, que Añez promovió casos infundados contra opositores y que Arce respalda acusaciones sin la evidencia necesaria contra Añez.

Pablo Peralta M. / La Paz
Human Rights Watch (HRW), en su Informe Mundial 2022, sostiene que el expresidente Evo Morales socavó la independencia judicial durante su gobierno. Del mismo modo señala que el gobierno de Jeanine Añez promovió casos contra opositores con cargos infundados y que el gobierno de Luis Arce respalda acusaciones, sin la evidencia necesaria, contra Añez.
En ese documento, HRW analiza las condiciones de derechos humanos en casi 100 países. Lo primero que señala de Bolivia, en un capítulo dedicado al país, es que el sistema judicial nacional “sufre los efectos de la interferencia política desde hace años”.
En ese marco, da cuenta de que el expresidente Morales “socavó la independencia judicial durante sus casi 14 años en el poder”. Durante su gobierno -se lee en el informe- los fiscales presentaron cargos contra varios de sus adversarios que, aparentemente, respondían a motivaciones políticas.
Subraya que alrededor del 80% de los jueces y fiscales aún son “transitorios”, lo cual “aumenta el riesgo de que tomen decisiones para complacer al gobierno de turno y así poder permanecer en el cargo”.
Respecto al gobierno de transición, el informe de HRW indica que la administración de Añez “presionó a fiscales y jueces para que actuaran de manera favorable a sus intereses”, dando lugar a investigaciones penales por sedición, terrorismo o pertenencia a una organización delictiva contra más de 150 personas vinculadas con el gobierno de Morales. “En muchos casos parecían responder a motivaciones políticas”, señala HRW.
En el reporte se rememora que después de ganar las elecciones de octubre de 2020, Arce sostuvo que el sistema de justicia debería ser independiente de la política y que a fines de ese año estableció una comisión de expertos para plantear reformas.
“Sin embargo, en febrero de 2021, el presidente Arce decretó una amnistía que permitía la impunidad por delitos graves y parecía haber sido diseñada para favorecer a sus simpatizantes”, indica HRW.
Se suma a ello que en marzo de 2021 las autoridades detuvieron a Añez y a dos de sus exministros por terrorismo y otros cargos, en relación a su supuesta participación en “un golpe de Estado” contra Morales en noviembre de 2019. “Human Rights Watch revisó los documentos de imputación y la proposición acusatoria y no halló pruebas de que Añez hubiera cometido actos de terrorismo o genocidio”, se lee en el Informe Mundial 2022.
El informe también da cuenta de que en agosto de 2021 el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) publicó un informe en el cual puso de manifiesto la falta de independencia del sistema judicial. “En respuesta, el gobierno de Arce revocó el decreto de amnistía de febrero de 2021. En octubre, su gobierno firmó un acuerdo con organismos de la ONU para reformar el sistema de justicia, que incluye recibir recomendaciones de expertos nacionales e internacionales”, se agrega en el reporte de HRW.
El informe de esa entidad ubica a Bolivia junto a Argentina, Perú y Guatemala, donde se detectó “diversos esfuerzos orientados a debilitar la independencia judicial o a utilizar el sistema de justicia con fines políticos”, lo que amenaza el sistema democrático.
El informe observa que Bolivia tan solo ha juzgado a unos pocos de los funcionarios responsables de violaciones de derechos humanos cometidas durante los gobiernos autoritarios entre 1964 y 1982, “en parte porque las Fuerzas Armadas se han negado a compartir información en algunas ocasiones”.
HRW también se refiere a la temática libertad de expresión y acceso a la información. Señala que el informe de la GIEI documentó decenas de ataques físicos contra periodistas de policías, soldados y manifestantes durante las protestas relacionadas con las elecciones de 2019. “El informe concluyó que las autoridades no habían realizado investigaciones adecuadas sobre estos ataques”, se agrega.
Según el documento, la Asociación Nacional de la Prensa dio cuenta de casos de violencia contra periodistas de policías o manifestantes en 2021.
HRW expresa que aunque la Constitución reconoce el derecho de acceso a la información, Bolivia no cuenta con una ley para implementar ese derecho. “El gobierno informó que estaba trabajando en un proyecto de ley de acceso a la información, pero al 3 de noviembre de 2021 no lo había presentado”, concluye.
80%
Informe Mundial 2022, HRW
ES EL PORCENTAJE
de jueces y fiscales
que aún son “transitorios”,
según el informe de HRW.