Humberto Vacaflor, El Diario:
The coca grower Morales revealed that in the cabinet meetings of his government, Luis Arce was known as “the cashier,” and not the ideologue of the supposed economic model of the MAS.
And he added that, if Arce had been an ideologue, at this moment, when he is president, he would dedicate himself to improving the country’s economy and not to sinking it, as he would be doing now.
It is risky to get into masista fights, because his opinions and positions change too frequently, but some things that Arce does and says confirm, at least, that he is not an ideologue.
He has just announced that his government intends to install a second ammonia and urea plant, this time in Santa Cruz, with which he hopes to gain the support of Santa Cruz residents.
This announcement shows that Arce is not aware that the Bulo Bulo plant is paralyzed, in “scheduled shutdown” as it has been almost all the time, since it was inaugurated, in 2017.
He also does not know that, due to that and the lack of market, the plant’s installed capacity has only been used at 37%.
The President may remember that this plant cost 960 million dollars, an investment that was approved during Morales’ administration, when he served as economy minister, or at least as cashier.
The most expensive industrial plant in the history of Bolivia, therefore, was approved by ministers who did not have the opportunity, or if they did, they decided not to use it, to ask if the price was inflated to benefit suppliers and, incidentally, , to whom they received the “commissions”.
The cashier didn’t say anything at that moment and everything went smoothly because, in addition, the Comptroller’s Office was frozen and parliament was not interested in the details of the price of the plant.
The same thing happened with the 700 million dollars that the Carlos Villegas separation plant cost, and which is now stopped because the export of gas to Argentina is virtually stopped, which must be separated to obtain, for example, LPG to export to Paraguay. .
Neither the cashier nor the Comptroller’s Office said anything about this expensive purchase, “as expensive” as its similar one in Río Grande, or the plant to produce liquefied natural gas, which cost 250 million and has not yet been inaugurated.
That is to say, between the carelessness of the cashier and the Comptroller’s Office, more than 150,000 million dollars that entered during the price “boom” disappeared from the country.
As cashier or minister, Arce and his boss have some responsibility for the construction of these and many other projects that are now in disuse, especially due to the lack of gas.
El cocalero Morales reveló que en las reuniones de gabinete de ministros de su gobierno, Luis Arce era conocido como “el cajero”, y no el ideólogo del supuesto modelo económico del MAS.
Y añadió que, si Arce hubiera sido ideólogo, en este momento, cuando es presidente, se dedicaría a mejorar la economía del país y no a hundirla, como lo estaría haciendo ahora.
Es riesgoso meterse en peleas de masistas, porque cambian con demasiada frecuencia sus opiniones y posturas, pero algunas cosas que hace y dice Arce confirman, por lo menos, que no es ideólogo.
Acaba de anunciar que su Gobierno se propone instalar una segunda planta de amoniaco y urea, esta vez en Santa Cruz, con lo que espera ganarse el apoyo de los cruceños.
Este anuncio muestra que, Arce no está enterado de que la planta de Bulo Bulo está paralizada, en “paro programado” como lo ha estado casi todo el tiempo, desde que fue inaugurada, en 2017.
Tampoco sabe que, debido a eso y a la falta de mercado, la capacidad instalada de la planta sólo ha sido usada en 37%.
Quizá recuerde el Presidente que esa planta costó 960 millones de dólares, una inversión que fue aprobada durante la gestión de Morales, cuando él hacía de ministro de economía, o por lo menos de cajero.
La planta industrial más costosa de la historia de Bolivia, por lo tanto, fue aprobada por unos ministros que no tuvieron la oportunidad, o si la tuvieron decidieron no usarla, de preguntar si el precio fue inflado para beneficiar a los proveedores y, de paso, a quienes recibían las “comisiones”.
El cajero no dijo nada en ese momento y todo marchó sobre rieles porque, además, la Contraloría estaba congelada y el parlamento no se interesó en los detalles del precio de la planta.
Lo mismo ocurrió con los 700 millones de dólares que costó la planta separadora Carlos Villegas, y que ahora está parada debido a que está virtualmente frenada la exportación de gas a Argentina, que debe separar para obtener, por ejemplo, el GLP para exportarlo a Paraguay.
Ni el cajero ni la Contraloría tampoco dijeron nada sobre esta compra tan costosa, «tan costosa» como su similar de Río Grande, o la planta para producir gas natural licuado, que costó 250 millones y que no ha sido estrenada todavía.
Es decir que, entre los descuidos del cajero y de la Contraloría, desaparecieron del país más de 150.000 millones de dólares que ingresaron durante el “boom” de los precios.
Como cajero o ministro, algo de responsabilidad tienen Arce y su jefe por la construcción de estos y muchos otros proyectos que ahora están en desuso, sobre todo por la falta de gas.
https://www.eldiario.net/portal/2023/09/29/palabra-de-cajero/

