Are we living the prelude to something worse? – ¿Estamos viviendo la antesala de algo peor?

Editorial, Página Siete:

Self-fulfilling prophecies of the economy

Everything seems to indicate that we are on the verge of an economic crisis whose consequences we still do not know, but whose background can be specified.

We have spent years listening to the warnings of experts and analysts about the future that awaited the “productive community social economic model.” They were demonized warnings and their authors classified as opponents and enemies of the people. The country clung to economic gurus, including the current president Luis Arce, architect of the model and main minister of the area (from 2006 to 2017, and then in 2019).

It was not for less: the resources from the sale of gas allowed a great bonanza and saved reserves that gave security and stability to the country. Thus, we were an island, while our neighbors sailed in troubled seas.

But, nothing is eternal (especially if the conditions for it are not created). Little by little, the reserves were consumed without being replaced and we found ourselves, like today, in a tunnel from which no easy exit can be envisioned.

The predictions have come true and the one who has come out to contrast reality with the discourse has been neither more nor less than former President Evo Morales himself, the president of that bonanza, who has blamed his former close collaborator for the results that now we see.

Evo drew attention to Arce for the crisis and mismanagement of the economy, accused him of not making investments and asked him to change his cabinet, blaming him for negotiating with the IMF.

It was not Arce, but his Economy Minister, Marcelo Montenegro, who blamed Morales for the lack of “aggressive investment” in hydrocarbon exploration to increase natural gas production when he was president. He specified that the high international prices and the large volumes of natural gas exports made it possible to generate, between 2006 and 2019, an oil income of $37.5 billion, but after the boom there was a drop in production levels as a result of the state YPFB did not make the necessary investments to continue maintaining gas production volumes. He said, without mincing words, that the bill is being paid today because the necessary investments were not made, and recalled that, at the time, a Minister of Hydrocarbons lied to Morales when he indicated that “Bolivia was in a sea of gas”.

Meanwhile, the country’s reserves are inexorably depleting. On March 6, the global financial analysis company Bloomberg reported that Bolivia’s most liquid sovereign bonds – due 2028 – were trading around 70 cents, the lowest level since they were sold in 2017. According to the portal, debt securities pierced the minimum levels of the pandemic due to the fall in net international reserves.

As has been the case since it began, the alarms went off, the Ministry of Economy attributed this situation to the international crisis and the rise in interest rates, which causes uncertainty in the financial markets. In addition, it affirms that the loss of value affects all the titles listed in the world.

But, facts are facts and in the country the dollar has become the most desired object; something we haven’t experienced for decades. There are long lines at the Central Bank to buy this currency and there are claims because the entity offers the currency for one or two months from now. Some banks do not sell dollars either; those who have their savings in that currency cannot make withdrawals of more than $1,000 per day and transfers abroad are not allowed.

Are we living the prelude to something worse? It is not known. Nor can the government be trusted, which has lost the main asset it had: credibility on how to manage the economy.

The worst thing is that there is no strategy or solution plan on the table; at least, it doesn’t communicate it to them, and this is the worst strategy: hiding the trash under the rug is equal to or worse than the exchange of blame within the MAS. The question we hope will be answered is: how will we get out of this?

Profecías autocumplidas de la economía

Todo parece indicar que estamos a puertas de una crisis económica cuyas consecuencias aun no sabemos, pero cuyos antecedentes sí se pueden precisar.

Llevamos años escuchando las advertencias de expertos y analistas sobre el futuro que le esperaba al “modelo económico social comunitario productivo”. Fueron advertencias demonizadas y sus autores catalogados como opositores y enemigos del pueblo. Se aferró al país a los gurús económicos, entre ellos el actual presidente Luis Arce, artífice del modelo y principal ministro del área (de 2006 a 2017, y luego en 2019).

No era para menos: los recursos de la venta del gas permitieron una gran bonanza y guardar reservas que dieron seguridad y estabilidad al país. Fuimos, así, una isla, mientras nuestros vecinos navegaron en mares turbulentos.

Pero, nada es eterno (sobre todo si no se crean las condiciones para ello). Poco a poco, las reservas se fueron consumiendo sin ser reemplazadas y nos vimos, como hoy, en un túnel del que no se puede avizorar una fácil salida.

Las predicciones se han ido cumpliendo y quien ha salido a contrastar la realidad con el discurso ha sido ni más ni menos que el propio expresidente Evo Morales, el presidente de esa bonanza, quien ha echado en cara al que fuera su estrecho colaborador los resultados que ahora vemos.

Evo llamó la atención a Arce por la crisis y el mal manejo de la economía, lo acusó de no hacer inversiones y le pidió cambiar su gabinete, culpándolo por negociar con el FMI.

No ha sido Arce, sino su ministro de Economía, Marcelo Montenegro, quien responsabilizó a Morales por la ausencia de “inversiones agresivas” en la exploración de hidrocarburos para incrementar la producción de gas natural cuando fue presidente. Precisó que los precios internacionales elevados y los grandes volúmenes de exportación de gas natural permitieron generar, entre 2006 y 2019, una renta petrolera de $us 37.500 millones, pero luego del auge hubo una caída en los niveles de producción como resultado de que la estatal YPFB no realizó las inversiones necesarias para seguir manteniendo los volúmenes de producción de gas. Dijo, sin pelos en la lengua, que hoy se está pagando la factura porque no se hicieron inversiones necesarias, y recordó que, en su momento, un ministro de Hidrocarburos le mintió a Morales cuando indicó que “Bolivia estaba en un mar de gas”.

Entretanto, las reservas del país se agotan inexorablemente. El 6 de marzo, la empresa de análisis financiero global Bloomberg reportó que los bonos soberanos de Bolivia más líquidos -con vencimiento en 2028- se negociaban en torno a los 70 centavos de dólar, el nivel más bajo desde que se vendieron en 2017. Según el portal, los títulos de deuda perforaron los niveles mínimos de la pandemia ante la caída de las reservas internacionales netas.

Como viene sucediendo desde que empezara, se encendieron las alarmas, el Ministerio de Economía atribuyó esta situación a la crisis internacional y a la subida de tasas de interés, lo cual provoca incertidumbre en los mercados financieros. Además, afirma que la pérdida de valor afecta a todos los títulos cotizados en el mundo.

Pero, hechos son hechos y en el país el dólar se ha convertido en el objeto más deseado; algo que no experimentábamos desde hace décadas. Hay largas filas en el Banco Central para comprar esta moneda y hay reclamos porque la entidad ofrece la divisa para de aquí a uno o dos meses. En algunos bancos tampoco se venden dólares; quienes tienen sus ahorros en esa moneda no pueden hacer retiros de más de $us 1.000 por día y no se permiten transferencias al exterior.

¿Estamos viviendo la antesala de algo peor? No se sabe. Tampoco se puede confiar en el gobierno que ha perdido el principal patrimonio que tenía: la credibilidad sobre cómo manejar la economía.

Lo peor es que no hay estrategia ni plan de soluciones en el tapete; por lo menos, no se lo comunica, y esta es la peor de las estrategias: esconder la basura bajo la alfombra es igual o peor que el intercambio de culpas dentro del MAS. La pregunta que esperamos que se responda es: ¿cómo saldremos de esto?

https://www.paginasiete.bo/opinion/editorial/profecias-autocumplidas-de-la-economia-BF7034425

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