
Editorial, Los Tiempos:
21060: the validity of a demonized decree
Repealed in parts since the first year of the MAS government and a symbol of neoliberalism so repudiated when it comes to proclaiming the virtues of a diffuse socialism, Decree 21060, promulgated 36 years ago, maintains today an evident validity in the stability results of the economic policies of all governments that succeeded each other since 1985. And also in other elements whose consequences may be less positive.
10 years ago, Morales promulgated a decree to reverse the norms of “20 years of neoliberalism” and which stated “the complete elimination of any legal provision or consideration based on Supreme Decree 21060 of August 29, 1985.”
The truth is that the main guidelines of 21060 remain intact. Something similar happens with other pillars on which the national economy is sustained. An example of this is the current government’s concern to reduce the fiscal deficit and maintain many of the restrictions it inherited from its predecessors to dispose of the surplus from hydrocarbon income. This is the case of the different bonds, whose essence has been preserved for more than 20 years.
In practical terms, the bonds, as well as the procedures established to distribute the resources from the Direct Tax on Hydrocarbons (IDH), are a kind of dam to contain the free availability of a substantial part of public resources. That largely explains why Bolivia has followed a different path than Venezuela or Argentina, for example.
There are some elements of the spirit of that decree, whose validity at the time of its promulgation was foreseen for 20 years. Some of them are: the liberalization of the market, the deregulation of prices, the policy of promoting exports and the reduction in the number of taxes that before 1985 amounted to nearly 300.
But there are other features of the spirit of Decree 21060, whose validity is less encouraging in the medium and long-term perspective of the country’s economic future.
One of them is the continuity and intensification of the extractivist model, especially in the mining sector, open to direct foreign investment, private capital accumulation, and the exploitation of these resources even in the framework of illegality, as occurs in Cerro Rico, above the level 4,400. This is an example of the non-intervention of the State, in the best neoliberal style, although, in this case, by omission.
21060: la vigencia de un decreto satanizado
Derogado por partes desde el primer año de gobierno del MAS y símbolo del neoliberalismo tan repudiado cuando se trata de proclamar las virtudes de un socialismo difuso, el Decreto 21060, promulgado hace 36 años, mantiene hoy una vigencia evidente en los resultados de estabilidad de las políticas económicas de todos los gobiernos que se sucedieron desde 1985. Y también en otros elementos cuyas consecuencias pueden ser menos positivas.
Hace 10 años, Morales promulgaba un decreto para revertir las normas de “20 años de neoliberalismo” y que enunciaba “la eliminación completa de toda disposición o consideración legal fundamentada en el Decreto Supremo 21060 del 29 de agosto de 1985”.
Lo cierto es que los lineamientos principales del 21060 se mantienen intactos. Algo similar ocurre con otros pilares sobre los que se sostiene la economía nacional. Ejemplo de ello es la preocupación del actual Gobierno por reducir el déficit fiscal y el mantenimiento de muchas de las cortapisas que heredó de sus antecesores para disponer de los excedentes provenientes de la renta hidrocarburífera. Es el caso de los diferentes bonos, cuya esencia se ha conservado desde hace más de 20 años.
En términos prácticos, los bonos, así como los procedimientos establecidos para distribuir los recursos provenientes del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), son una especie de dique de contención a la libre disponibilidad de una parte sustancial de los recursos públicos. Eso explica en gran medida que Bolivia haya seguido un camino diferente al de Venezuela o de Argentina, por ejemplo.
Hay algunos elementos del espíritu de ese decreto, cuya vigencia al momento de ser promulgado estaba prevista para 20 años. Algunos de ellos son: la liberalización del mercado, la desregularización de precios, la política de fomento a las exportaciones y la reducción del número de impuestos que antes de 1985 sumaban cerca de 300.
Pero existen otros rasgos del espíritu del Decreto 21060, cuya vigencia es menos alentadora en la perspectiva, a mediano y largo plazo, del futuro económico del país.
Uno de ellos es la continuidad e intensificación del modelo extractivista, especialmente en el sector minero, abierto a la inversión extranjera directa, la acumulación privada de capital, y la explotación de esos recursos incluso en el marco de la ilegalidad, como ocurre en el Cerro Rico, por encima de la cota 4.400. Ese es un ejemplo de la no intervención del Estado, al mejor estilo neoliberal, aunque, en este caso, por omisión.
https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20210830/editorial/21060-vigencia-decreto-satanizado