Editorial, El Dia:
The Economist is the most prestigious specialized publication in the world. Major billionaires, the most serious governments, and leading global companies make decisions based on its articles and opinions. Luis Arce cannot dismiss them as mere “opinion makers” and “doomsayers,” as he often labels those who have been talking for years about the crisis in Bolivia and warning every day that it is leading us to disaster.
Exactly one year ago, an article in this London-based weekly detailed what we are experiencing today. It spoke of the end of the gas era, the failure in lithium exploitation, the worsening shortage of dollars, and a political climate that tends to worsen, leading Luis Arce to disconnect from reality and make serious mistakes in managing the economy, such as the recent salary increase that will open the door to an apocalyptic scenario.
This week, The Economist dedicated another article to Bolivia, and what it asserts resembles a terminal diagnosis, the final warning before ordering to board the lifeboats and abandon ship because there is no way to keep it afloat.
The report begins by suggesting to the Bolivian government, especially to the economic authorities, to stop ignoring what is happening, to no longer lie to the people, and to not lie to themselves. The signs of deterioration are alarming, even in the financial sector, which has always enjoyed excellent health.
The analysis is decisive, stating that the economic model promoted in the last 17 years by MAS (Movement for Socialism) is bankrupt because the Bolivian economy is on the verge of financial collapse and, therefore, incapable of assuming its external debt.
“Although the country’s dollar shortage has been exacerbated by short-term problems, it has been brewing for a long time. Bolivia’s economic model is bankrupt,” the report states.
When evaluating the causes, the publication is also damning: “The historic revenues received by Bolivia since 2006, when Evo Morales came to power, have been squandered on fuel subsidies, mostly inefficient state-owned enterprises, and supporting the exchange rate, which has been pegged to the dollar since late 2011 at Bs 6.96.”
In summary, this diagnosis does not differ at all from everything that has been said, not only about the mentioned factors but also about the fall in reserves, the irrational growth of external debt, the steep decline in foreign investment, the lithium scam, and the destruction of the gas industry. It’s not about who is right but about urging the Arce government to do something before the country’s definitive sinking.
Editorial, El Dia:
The Economist es la publicación especializada con mayor prestigio en el mundo. Los grandes millonarios, los gobiernos más serios y las empresas líderes a nivel global, toman decisiones sobre la base de sus artículos y opiniones. Luis Arce no puede decir que son unos simples “opinólogos” y “agoreros”, como suele calificar a los que vienen hablando hace años de la crisis en Bolivia y advierten todos los días que nos está llevando al desastre.
Hace exactamente un año, un artículo de este semanario editado en Londres, mostraba con lujo de detalles lo que estamos viviendo hoy. Hablaba del fin de la era del gas, del fracaso en la explotación del litio, del agravamiento de la falta de dólares y de un clima político que tiende a agudizarse y que lleva a Luis Arce a desconectarse de la realidad y a cometer serios errores en el manejo de la economía, como el reciente aumento salarial que abrirá la tranquera hacia un escenario apocalíptico.
Esta semana, The Economist le dedicó otro artículo a Bolivia y lo que afirma se parece a un diagnóstico terminal, el último aviso antes de ordenar subir a los botes salvavidas y abandonar el barco, porque no hay forma de mantenerlo a flote.
El informe empieza sugiriendo al gobierno boliviano, especialmente a las autoridades del campo económico, que dejen de ignorar lo que está pasando, que ya no le mientan a la gente y que no se mientan ellos mismos. Los signos de deterioro son alarmantes, incluso en el sector financiero que siempre ha gozado de excelente salud.
El análisis es determinante, asegura que el modelo económico impulsado en los últimos 17 años por el MAS está quebrado debido a que la economía boliviana está al borde del colapso financiero y, por ende, de la incapacidad para asumir su deuda externa.
“Aunque la escasez de dólares del país se vio exacerbada por problemas a corto plazo, se ha estado gestando durante mucho tiempo. El modelo económico de Bolivia está en quiebra”, señala el informe.
A la hora de evaluar las causas, la publicación también es lapidaria: “los históricos ingresos recibidos por Bolivia desde el 2006, cuando llegó al poder Evo Morales, se han dilapidado en subsidios al combustible, en empresas estatales en su mayoría ineficientes y en apuntalar el tipo de cambio, que está emparejado con el dólar desde fines del 2011 a Bs 6,96”.
En resumen, este diagnóstico no difiere en nada de todo lo que se ha venido diciendo, no sólo sobre los factores mencionados, sino también de la caída de las reservas, sobre el crecimiento irracional de la deuda externa, de la caída estrepitosa de la inversión extranjera, de la estafa del litio y la destrucción de la industria del gas. No se trata de ver quién tiene la razón, sino de conmover al gobierno de Arce para que haga algo antes de evitar el definitivo hundimiento del país.
https://eldia.com.bo/2024-04-27/editorial/economia-en-quiebra.html
