
Los tiempos:
Study reveals that Bolivia ranks second to last in the fight against corruption
Bolivia is located in the penultimate place, out of 15 Latin American countries, after falling in its Capacity to Combat Corruption (CCC) in the period 2020-2021, according to the study carried out by Americas Society/Council of the Americas and Control Risks .
The index is one of the worst on record against corruption.
According to one part of the study, Bolivia is targeted above only Venezuela, but showing a decrease in the score.
Bolivia fell from 2.71 points in 2020 to 2.43 points. According to the same study, data for 2019 are not recorded.
The investigation establishes that Bolivia scored at least three points below the regional average in key variables such as judicial independence and efficiency, the independence of the attorney general, and the independence and efficiency of anti-corruption agencies.
The report also notes that the result reflects “the actions of the administration of President Luis Arce.”
Among the variables are judicial independence and efficiency, the independence of the attorney general, and the independence and efficiency of anti-corruption agencies.
According to the study carried out, among the 15 countries monitored, five showed decreases in their scores, seven managed to maintain their score and three countries significantly increased their scores.
Estudio revela que Bolivia ocupa el penúltimo lugar en lucha contra la corrupción
Bolivia se ubica en el penúltimo lugar, de 15 países de Latinoamérica, luego de caer en su Capacidad de Combatir la Corrupción (CCC) en el periodo 2020-2021, de acuerdo al estudio realizado por Americas Society/ Council of the Americas y Control Risks.
El índice es uno de los peores que se registra contra la corrupción.
Según una parte del estudio, se apunta a Bolivia por encima únicamente de Venezuela, pero mostrando una disminución en la puntuación.
Bolivia bajó de 2,71 puntos en 2020 a 2,43 puntos. Según el mismo estudio, no se registran datos de 2019.
La investigación establece que Bolivia obtuvo al menos tres puntos por debajo de la media regional en variables clave como la independencia y eficiencia judicial, la independencia del fiscal general y la independencia y eficiencia de los organismos anticorrupción.
El informe también señala que el resultado refleja “las acciones de la administración del presidente Luis Arce”.
Entre las variables se muestran la independencia y eficiencia judicial, la independencia del fiscal general y la independencia y eficiencia de los organismos anticorrupción.
De acuerdo al estudio realizado, entre los 15 países monitoreados, cinco mostraron disminuciones en sus puntajes, siete lograron mantener su puntuación y tres países subieron significativamente sus puntajes.


As in 2020, Bolivia scored only above Venezuela in the CCC Index.
During a period of rapid political change, the country’s overall score
declined by 10%, and its score in the legal capacity category fell by
26%. Bolivia scored at least three points below the regional average on
key variables like judicial independence and efficiency, independence of
the chief public prosecutor and the independence and efficiency of anticorruption agencies.
These trends underscore actions from the administration of President Luis
Arce from the MAS party, who was elected in October 2020. Arce vowed to
unite the country, but he is accused of using the judicial branch to target
the opposition, a tactic that former Interim President Jeanine Áñez also
deployed. In March, Áñez was arrested and placed in preventive detention.
She was charged with terrorism and sedition (charges her government also
leveled at former President Evo Morales), and authorities have stated that
Áñez and members of her cabinet may face corruption charges.
The pandemic has further exacerbated corruption risks, especially those
related to more lax procurement processes. One prominent case involved
a former health minister: In May 2020, Marcelo Navajas was fired, then
arrested in connection with the alleged purchase of overpriced ventilators.
Bolivia fell from 10th to 12th place in the democracy and political
institutions category, driven down by a lower score in the lawmaking and
ruling processes variable. However, Bolivia still ranks ahead of Paraguay,
Mexico and Guatemala in its overall quality of democracy. Bolivia again
ranked last in the civil society and media category. There are insufficient
resources for the independent press, which is often intimidated, and civil
society mobilization against corruption is the lowest among the 15 countries
analyzed in the Index.
CRITICAL ISSUES TO MONITOR:
Corruption investigations into the opposition and members of Áñez’s interim
government may continue to be politicized.
Although the MAS lost key local elections in March, it has a majority in Congress
and exerts influence over the judiciary. Anti-corruption reform seems unlikely
under these conditions.
Despite continued anti-government sentiment due to mismanagement of the pandemic, efforts by civil society and the media to fight corruption may have limited
effects.
Al igual que en 2020, Bolivia obtuvo una puntuación solamente superior
a la de Venezuela en el Índice CCC. Durante un período de rápidos
cambios políticos, la puntuación global del país disminuyó un 10%, y
su puntuación en la categoría de capacidad legal cayó un 26%. Bolivia obtuvo
al menos tres puntos por debajo de la media regional en variables clave como
la independencia y eficiencia judicial, la independencia del fiscal general y la
independencia y eficiencia de los organismos anticorrupción.
Estas tendencias reflejan las acciones de la administración del presidente
Luis Arce, del partido MAS, que fue elegido en octubre de 2020. Arce
prometió unir el país, pero se le acusa de utilizar el poder judicial para atacar
a la oposición, una táctica que también implementó la ex presidenta interina
Jeanine Áñez. En marzo, Áñez fue detenida y puesta en prisión preventiva.
Fue acusada de terrorismo y sedición (cargos que su gobierno también
imputó al ex presidente Evo Morales), y las autoridades han declarado que
Áñez y los miembros de su gabinete podrían enfrentar cargos de corrupción.
La pandemia ha exacerbado aún más los riesgos de corrupción, sobre todo
los relativos a procesos de contratación más laxos. Un caso destacado fue el
de un ex ministro de salud: en mayo de 2020, Marcelo Navajas fue destituido
y luego detenido en relación con la supuesta compra de respiradores a
precios excesivos.
Bolivia descendió del 10º al 12º puesto en la categoría de democracia e
instituciones políticas impulsado por a una menor puntuación en la variable
de procesos legislativos y de gobierno. Sin embargo, Bolivia está delante de
Paraguay, México y Guatemala en su calidad democrática general. Bolivia
volvió a ocupar el último lugar en la categoría de sociedad civil y medios de
comunicación. No hay recursos suficientes para la prensa independiente,
que a menudo es intimidada, y la movilización de la sociedad civil contra la
corrupción es la más baja entre los 15 países analizados en el Índice.
TEMAS CRÍTICOS PARA MONITOREAR:
Las investigaciones relacionadas con la corrupción contra la oposición y los
miembros del gobierno interino de Áñez pueden seguir politizándose.
Aunque el MAS perdió unas elecciones locales de gran importancia en marzo,
tiene mayoría en el Congreso y ejerce influencia sobre el poder judicial. Reformas
anticorrupción parecen poco probables bajo estas condiciones.
A pesar del continuo sentimiento antigubernamental provocado por la mala
gestión de la pandemia, los esfuerzos de la sociedad civil y los medios de
comunicación para luchar contra la corrupción pueden tener efectos limitados.
Para el informe completo en español: https://www.controlrisks.com/-/media/corporate/files/campaigns/ccc/ccc_reporte_espaol_2021.pdf?la=en&hash=99ACD8CD636028FFFEE35AF03C95200647735E3C
For the full report in English: https://www.controlrisks.com/-/media/corporate/files/campaigns/ccc/ccc_2021_report_english.pdf?la=en&hash=A27F7C8F4E5B7970710AA2EF395998C93E8772BF