By German Huanca, El Deber:
2024 closes as a year marked by a profound economic crisis, whose origin is closely tied to the current government’s economic policy decisions. The president, in his previous role as Minister of Finance, implemented controversial measures to finance the fiscal deficit. These included the irresponsible use of international reserves, a sharp increase in external debt, and the discretionary use of domestic savings, including pension funds and mandatory bank reserves. These actions have resulted in a severe shortage of dollars, complicating the fulfillment of international obligations, particularly in fuel purchases.
The lack of gasoline and diesel has been one of the most visible effects of this crisis. It has increased transportation costs, directly impacting the prices of essential goods and services. As a result, the economy is facing widespread inflation, further straining families and deepening inequalities. This context has created economic uncertainty that threatens to persist, given the government’s inability to implement effective solutions.
Furthermore, 2024 has exposed the inaction of key sectors. Many business leaders, aware of the ineffectiveness of agreements with the government, continue to pursue commitments that fail to address the underlying crisis. Similarly, university academics have taken a timid stance, possibly motivated by fear of losing consulting jobs or contracts with the state. The press, which should serve as a bastion of accountability and transparency, has also chosen silence in many cases.
Politically, it is concerning that part of the population continues to trust former President Evo Morales, associated with a nonexistent nationalization whose gas revenues were the result of a previous administration’s policies—policies that were entirely conditioned and ethically questionable. Meanwhile, the government exhibits an apparent internal dispute within the MAS party, dividing it into “evista” and “arcista” factions. However, it is widely known that MAS will ultimately run as a single bloc. The judicial process against Evo Morales and his supposed summons to be arrested is merely media noise to divert attention from the severe economic crisis. These actions demonstrate a lack of public ethics, underestimating the population’s ability to analyze.
Looking ahead to 2025, the outlook is not encouraging. The measures taken so far have not resolved the crisis, and the government seems incapable of addressing the challenges ahead. Although the Minister of Economy promises a better year, the beginning already points to a period filled with conflicts. The population must prepare to defend their rights and freedom—a freedom at risk of being lost if decisive actions are not taken. It is time to act with determination and demand real solutions to overcome this crisis. Outwardly, we present ourselves as a democratic country, but internally, you and I know that the state is intruding even into your kitchen. We cannot give up on freedom.
Por Germán Huanca, El Deber:
El 2024 cierra como un año marcado por una profunda crisis económica, cuyo origen está íntimamente ligado a decisiones de política económica del gobierno actual. El presidente, en su rol anterior como ministro de Finanzas, adoptó medidas controvertidas para financiar el déficit fiscal. Estas incluyeron el uso irresponsable de las reservas internacionales, un aumento vertiginoso de la deuda externa y la disposición discrecional de los ahorros internos, utilizando recursos previsionales y lo correspondiente al encaje legal. Estas acciones han culminado en una severa escasez de dólares, lo que ha dificultado el cumplimiento de compromisos internacionales, particularmente en la compra de combustibles.
La falta de gasolina y diésel ha sido uno de los efectos más visibles de esta crisis. Esto ha encarecido el transporte, impactando directamente en los precios de bienes y servicios esenciales. Como resultado, la economía enfrenta una inflación generalizada que agrava la situación de las familias y profundiza las desigualdades. Este contexto ha generado una incertidumbre económica que amenaza con prolongarse en el tiempo, dada la incapacidad del gobierno para implementar soluciones efectivas.
Además, el 2024 ha puesto en evidencia la inacción de ciertos sectores clave. Muchos empresarios, conscientes de la ineficacia de los acuerdos con el gobierno, continúan apostando por compromisos que no resuelven la crisis de fondo. Asimismo, los académicos universitarios han adoptado una postura timorata, posiblemente motivada por el temor de perder consultorías o contratos con el Estado. La prensa, que debería ser un bastión de denuncia y transparencia, también ha optado por el silencio en muchos casos.
En el plano político, resulta preocupante que parte de la población siga confiando en el expresidente Evo Morales asociado a una nacionalización inexistente cuyos ingresos del gas son el resultado de una gestión de gobierno anterior, eso sí, políticas públicas completamente condicionadas y escándalos éticamente reprochables. Al mismo tiempo, el gobierno presenta una aparente disputa interna en el MAS, dividiendo al partido en un ala “evista” y otra “arcista”. Sin embargo, es vox pópuli que, al final, el MAS participará como un solo bloque. El proceso judicial contra Evo Morales y su supuesta conminación para ser detenido no es más que un ruido mediático para desviar la atención de la severa crisis económica. Estas acciones reflejan una falta de ética pública, al subestimar la capacidad de análisis de la población.
De cara al 2025, el panorama no es alentador. Las medidas adoptadas hasta ahora no han resuelto la crisis, y el gobierno parece incapaz de afrontar los desafíos que se avecinan. Aunque el ministro de Economía promete un mejor año, el inicio ya apunta a un período lleno de conflictos. La población debe prepararse para defender sus derechos y su libertad, libertad que está en riesgo de perderse si no se toman acciones contundentes. Es momento de actuar con determinación y exigir soluciones reales para superar esta crisis, ante el mundo somos un país democrático, pero adentro, tú y yo sabemos que el estado está llegando hasta tu cocina, no podemos renunciar a la libertad.
https://www.eldeber.com.bo/opinion/que-nos-deja-el-2024_215767/
