By Juan Antonio Morales, Brujula Digital:
Resuming growth is a key objective of economic policy. However, macroeconomic stabilization must come first. Bloomberg (|20|11|24|) classifies Bolivia’s crisis as a classic balance-of-payments crisis. The recipe to address this issue is well-known and doesn’t require reinventing the wheel, though it does demand a significant political agreement:
- Exchange Rate Liberalization: To unify exchange rates.
- Strict Monetary Policy: As stipulated in Article 22 of the Central Bank of Bolivia (BCB) law.
- Strict Fiscal Policy: This must accompany monetary policy by reducing fuel subsidies and shutting down chronically deficit-ridden public companies.
- Credit Market Liberalization: Remove caps on interest rates and eliminate sectoral allocations. Liberalizing the credit market could help ease upward pressure on the exchange rate.
- Engage the IMF: To bridge the transition by providing financial and technical assistance.
- Reschedule External Debt Payments.
- Establish a Support Group for Bolivia: Similar to the Paris Consultative Group, with sponsorship from the World Bank.
- Create Mechanisms to Protect Vulnerable Families: Similar to the Social Emergency Fund of the 1980s, to minimize the so-called “sacrifice coefficient,” which measures the increase in unemployment per point of inflation reduction.
Measures 1 through 5 constitute radical economic surgery, which has significant social costs that cannot be underestimated. These measures are not proposed out of cruelty but because there are no alternatives. The hope lies in the economy recovering quickly.
Sustainable Long-Term Growth
Sustainable growth in the long term depends on productivity growth, which in turn hinges on macroeconomic stability. However, stability alone is not enough. Microeconomic and industrial organization considerations must also be addressed to achieve this goal.
Bolivia can once again benefit from its natural wealth in silver, tin, lithium, and rare earth elements, leveraging changes in the international context and the foreseeable demand arising from the transition from fossil fuels to renewable energy. Ideally, the country should open up to foreign investment, partnering with reputable companies that are willing to maintain their good standing, pay reasonable taxes, and adhere to necessary environmental safeguards. A recent report by the Milenio Foundation provides an excellent basis for discussion.
Hydrocarbons must not be overlooked either, but they require a complete overhaul of YPFB and the modernization of legislation to attract foreign investment.
Other Sectors for Growth
Bolivia could focus on a vigorous agro-industrial development strategy that is environmentally responsible. Promising prospects also exist in manufacturing sectors, emphasizing quality in llama, alpaca, and cotton textiles, silver and pewter jewelry, wooden furniture, and the food industry, including dairy products, chocolates, and wines. MERCOSUR could be an appealing market, especially if a satisfactory agreement is reached with the European Union.
International trade in services also holds promise. Bolivia could target receptive tourism, software development, engineering, and medical services. The country could take greater advantage of telework opportunities, enabling its large number of university graduates to work for international companies without leaving the country. Cochabamba’s IT companies offer an inspiring example.
Developing a Broad-Based Industrial Sector
A wide-ranging industrial base, featuring small and medium-sized enterprises (SMEs) of sufficient scale, is achievable. The modernization of services is also critical. Human capital is more important than ever, and Bolivian universities, both public and private, still have significant progress to make to meet the challenges ahead.
Respect for private property rights is crucial, as economists from the new institutional school remind us. Another indispensable condition is maintaining a competitive real exchange rate.
Juan Antonio Morales is a Ph.D. in economics.
Por Juan Antonio Morales, Brújula Digital:
La reanudación del crecimiento es un cometido principal de la política económica. Empero, se tiene primero que estabilizar la macroeconomía. Bloomberg (|20|11|24|) califica a nuestra crisis como una de balanza de pagos a la antigua. La receta para remediarla es conocida y no hay que inventar el agua tibia, aunque requiere un gran acuerdo político:
1) Liberalización cambiaria, para unificar los tipos de cambio;
2) Política monetaria estricta, como la dispuesta en el artículo 22 de la ley del BCB.
3) Política monetaria estricta será posible sólo si se la acompaña con una política fiscal estricta, reduciendo el subsidio a los combustibles y cerrando empresas públicas crónicamente deficitarias.
4) Liberalizar el mercado de crédito, eliminando los techos a las tasas de interés y las asignaciones sectoriales. Con la liberación de este mercado se pueden atenuar las presiones alcistas sobre el tipo de cambio.
5) Acudir al FMI para que puentee la transición, proveyendo asistencia financiera y técnica.
6) Reescalonar el servicio de la deuda externa.
7) Conformar un grupo de países de apoyo a Bolivia, como el que se tenía en el Grupo Consultivo de Paris, apadrinado por el Banco Mundial.
8) Crear mecanismos de protección a las familias más vulnerables, como lo fuera el Fondo Social de Emergencia en la década de los ochenta. Se trataría de minimizar el llamado “coeficiente de sacrificio,” que indica el aumento de desempleo por punto de reducción de la inflación.
Las medidas 1) a 5) son de cirugía radical, que tienen un costo social, que no se lo puede subestimar. No es por sadismo que se las propone, sino porque no hay alternativas. La esperanza está en que la recuperación de la economía sea rápida.
Un crecimiento sostenible en el largo plazo depende del crecimiento de la productividad, la que a su vez depende de la estabilidad macroeconómica, pero ella no basta. Hay que pensar en la microeconomía y la organización industrial para cómo lograrlo.
Podemos beneficiarnos, una vez más, con nuestra riqueza natural en plata, estaño, litio y tierras raras, aprovechando los cambios en el contexto internacional y la demanda previsible originada en la sustitución de energías fósiles por energías renovables. Idealmente debiéramos abrirnos a la inversión extranjera, con empresas de buena reputación y que quieran mantenerla, pagando impuestos razonables y tomando los recaudos medioambientales necesarios. Un reciente informe de la Fundación Milenio provee una excelente base de discusión. No podemos dejar de lado tampoco a los hidrocarburos, pero con una reingeniería total de YPFB y una modernización de nuestra legislación abriéndola a la inversión extranjera.
Se puede pensar en un desarrollo vigoroso de la agroindustria, pero cuidadoso del medio ambiente. Tenemos también perspectivas en sectores manufactureros, insistiendo en su calidad, con tejidos de llama, alpaca y algodón, orfebrería de plata y peltre, muebles de madera; y en la llamada industria de la alimentación con productos lácteos, chocolates, y vinos. El MERCOSUR puede ser interesante, sobre todo, si se llega a un arreglo satisfactorio con la Unión Europea.
El comercio internacional de servicios es prometedor. Se puede apuntar al turismo receptivo, al desarrollo de software, a los de ingeniería, a la medicina. Podemos aprovechar de más en más las oportunidades del teletrabajo, para el gran número de graduados universitarios, que sin salir del país trabajarían en empresas internacionales. Las empresas de informática de Cochabamba dan un ejemplo.
Un sector industrial de base ancha, con pequeñas y medianas empresas, pero de suficiente escala, es posible. La modernización de los servicios es también relevante. El capital humano es más importante que en el pasado y nuestras universidades, tanto públicas como privadas, tienen todavía que recorrer un buen trecho, para estar a la altura de los desafíos. Es también muy importante el respeto a los derechos de propiedad privada, como nos lo recuerdan los economistas de la nueva escuela institucional. Otra condición indispensable es tener un tipo de cambio real competitivo.
Juan Antonio Morales es PhD en economía.
https://brujuladigital.net/opinion/que-hacer-para-estabilizar-y-retomar-el-crecimiento
