By German Huanca, Publico.bo:

The forests of Bolivia are burning, wildlife is dying, and water and air are becoming contaminated, altering ecosystem services before the eyes of local communities and the international public. However, these losses are not reflected in the star indicator of governments: Gross Domestic Product (GDP). Since natural capital is not factored into national economic accounting, the true impact on societal well-being is unknown, though we all feel and sense it.
According to the latest official data, Bolivia has burned nearly 7 million hectares (equivalent to 70,000 km²) so far in 2024. If we valued the loss of biodiversity due to these fires and their negative impact on ecosystem services, we would conclude that the fires have a direct effect on the well-being and wealth of Bolivians.
In 1997, economist Robert Constanza developed a methodology for calculating Natural Capital Product (NCP) to make visible the contribution of natural resources. He estimated the value of ecosystem services related to provision (such as wood, water, or food), regulation (of climate, water cycles, soil erosion control, pollination), and culture (linked to leisure, recreation, or broader cultural aspects). Essentially, this reflects the total value of the ecosystem services generated by nature in a country over a year.
For instance, if we focus only on two global public goods, the fires have damaged the capacity to supply water and oxygen, causing health problems and compromising their availability for future generations. If these goods were accounted for in economic indicators, we would know the value lost. If they were regulated by a global entity, Bolivia would be facing exorbitant fines for negatively impacting global common goods.
The fires in Santa Cruz and Beni should prompt economists to turn their attention to the environment, not just as natural resources valued as stock but as living ecosystems whose value lies in the provision of ecosystem services. To grasp the magnitude of the fires, Bolivia has burned an area equivalent to the combined size of Switzerland and Belgium or Costa Rica and El Salvador. Viewed from another perspective, of the 193 United Nations member countries, 73 nations have a surface area smaller than 7 million hectares (70,000 km²). This is simply criminal and cannot go unpunished without identifying the perpetrators and redirecting the process of land allocation with a vision that benefits society as a whole, rather than just corporate groups or political party militants.
To conclude, Bolivia’s national accounts currently only record the price and quantity of final goods in GDP. However, we must take the step of accounting for the Natural Capital Product to know the value of our ecosystem resources and make sound economic policy decisions. Otherwise, we may be sacrificing NCP in favor of GDP, at the cost of the present and future well-being of Bolivians.
Por German Huanca, Publico.bo:

Arden los bosques de Bolivia, muere la vida silvestre, se contaminan las aguas y el aire, y con ello se alteran los servicios ecosistémicos, a vista de los vecinos y de la comunidad internacional. Sin embargo, esta pérdida no se verá reflejada en el indicador estrella de los gobiernos como es el Producto Interno Bruto (PIB), dado que el capital natural no entra en la contabilidad nacional de los indicadores económicos, no se conoce el verdadero efecto en el bienestar de la sociedad, eso sí, todos lo sentimos e intuimos.
De acuerdo con el último dato oficial que se maneja, en lo que va del año 2024, Bolivia quemó cerca de 7 millones de hectáreas (equivalente a 70.000 Km2). Si valoráramos la pérdida de biodiversidad por las quemas y el efecto negativo en los servicios ecosistémicos, concluiríamos que las quemas tienen un efecto directo en el bienestar y riqueza de los bolivianos.
En 1997 el economista Robert Constanza desarrolló una metodología de cálculo del Producto de Capital Natural (PCN) para visibilizar el aporte los recursos naturales, estimando el valor de los servicios ecosistémicos de aprovisionamiento (madera, el agua o los alimentos), de regulación (del clima y del ciclo del agua, el control de la erosión del suelo, la polinización…) y culturales (relacionados con el tiempo libre, el ocio o aspectos más generales de la cultura.). O sea, el valor total de los servicios ecosistémicos generados en el país por la naturaleza en un año.
Por ejemplo, si nos enfocamos solamente en dos bienes públicos globales, las quemas, han dañado la capacidad de aprovisionamiento de agua y oxígeno, generando por ende problemas en la salud y comprometiendo su provisión para las próximas generaciones. Si ambos bienes, comunes por naturaleza, y el agua cada vez más privado, tuviesen un valor en los indicadores económicos, conoceríamos el valor perdido o si fuesen regulados por una entidad mundial, Bolivia estaríapagando multas exorbitantes por un efecto negativo a los bienes comunes globales.
Las quemas en Santa Cruz y el Beni deben permitirnos a los economistas volcar la mirada hacia el medio ambiente, no solo como recursos naturales valorados como stock sino como ecosistemas vivos cuyo valor está en la provisión de servicios ecosistémicos. Para entender la magnitud de la quema, Bolivia quemó la superficie de Suiza y Bélgica juntos,o Costa Rica y El Salvador juntos. O visto desde otro ángulo, de un total de 193 países miembros de las Naciones Unidas, 73 países tienen menos de 7 millones de hectáreas(equivalente a 70.000 Km2) como superficie, esto simplemente es criminal y no puede quedar impune sin identificarse a los autores de las quemas y reconducir el proceso de adjudicación de tierras fiscales, con una visión que favorezca a la sociedad en su conjunto y no solo a grupos corporativos o militantes de un partido político.
Para terminar, actualmente las cuentas nacionales de Bolivia solo registran el precio y cantidad de los bienes finales en el Producto Interno Bruto; sin embargo, es necesario dar el paso y contabilizar el Producto de Capital Natural para conocer el valor de los recursos ecosistémicos que disponemos en Bolivia y así tomar decisiones correctas en las políticaseconómicas. Que no sea que estemos sacrificando el PCN y valorando más el PIB, a costa de sacrificar el bienestar presente y futuro de los bolivianos.
https://publico.bo/opinion/la-necesidad-urgente-de-contabilizar-el-capital-natural/
