By Gregorio Lanza, El Deber:
President Arce asserts that there is no structural economic crisis. He does this to conceal the downfall of the mixed community social model of which he imagines himself the creator. The entire structure of the model was based on gas revenues, 50% of which went directly to the Central Bank, according to Hydrocarbons Law 3058. Thus, the country obtained historic revenues of $38.343 billion from gas rent during the 2006-2019 period. The consequence is simple: when the gas runs out and/or its price drops, there is a structural crisis. What sustains the economy is informal work and small farmers, and especially the productive agro-industry in the east. Gas is extracted and flows directly through pipelines abroad, as was done by liberal governments. In contrast, agro-industry is a complex process where thousands of workers, farmers, and entrepreneurs coordinate efforts to generate wealth. Structural crisis does not mean the country is finished. Rather, it has been resilient thanks to agro-industry. MAS (Movimiento al Socialismo) could not destroy the economy as Maduro did in Venezuela.
Resolving the structural crisis is a matter of time. The government has stalled by trying to repeat its formulas when conditions have radically changed. Today, there is no gas, and Arce does not have the hegemony and control that the authoritarian Morales had. In the short term, the gas extraction model could extend its life with the extraordinary discovery of new gas reserves that renew foreign currency income, but this is unlikely. On the other hand, even with the significant volumes of gold extracted in northern La Paz, amounting to $3 billion, the dollar problem cannot be resolved because there is no regulation requiring the delivery of these foreign currencies nor the possibility of controlling the flow of this money. Additionally, the political and mobilization strength of the mining cooperative movement is stronger than the government’s weak muscle.
Turning to the IMF and special drawing rights for more than $300 million is a temporary fix, but it gives the government some breathing room. However, obsessed with the fight with Evo, who would present this move as proof of a pro-imperialist orientation, Arce is reluctant to take this step. Another seemingly inevitable option is to fulfill agreements with entrepreneurs to remove any trace of export barriers and to acknowledge the devaluation of the dollar, which is at least at 8.3 bolivianos, lifting the restrictions or the so-called Bolivian corralito on accounts in that currency.
Finally, a third aspect is political. Arce needs flexibility to reach agreements with the opposition, seeking to isolate the evismo, which is the central vector of conflict. He also needs to reach out to the middle class; otherwise, the overflow of the crisis will end his electoral fever.
President Arce is in his own trap, believing that he is the creator of the model and that it works in any circumstance; not understanding the context is leading him to the precipice.
Por Gregorio Lanza, El Deber:
El Presidente Arce señala que no hay crisis estructural de la economía. Lo hace para ocultar la debacle del modelo social mixto comunitario del cual se imagina su creador. Toda la estructura del modelo se asentaba en los ingresos del gas que en un 50 % entraban de manera directa al Banco Central, por ley 3058 de hidrocarburos. Así el país obtuvo ingresos históricos de 38.343 millones por concepto de renta gasifera en el periodo 2006-2019. La consecuencia es simple, cuando se acaba el gas y/o además baja su precio hay crisis estructural. Lo que mantiene la economía es el trabajo informal y de los pequeños agricultores; y en especial la agroindustria del oriente; que valga la redundancia es productiva. El gas, lo buscas y cuando lo encuentras (así lo hicieron los gobiernos liberales) sale por un chorro y se va por los ductos al exterior. En cambio, la agroindustria se trata de un proceso complejo donde miles de trabajadores, agricultores y empresarios articulan esfuerzos para generar riqueza. La crisis estructural no significa que el país se acabó. Mas bien fue resiliente gracias a la agroindustria. El masismo no pudo destruir la economía como lo hizo Maduro en Venezuela.
Resolver la crisis estructural es un problema de tiempo. El gobierno se ha empantanado al querer repetir sus recetas cuando las condiciones han cambiado radicalmente. Hoy día no hay gas y Arce no tiene la hegemonía y control como lo tuvo el autoritario Morales. En lo inmediato el modelo extractivo gasífero podría alargar su vida con el descubrimiento extraordinario de bolsones de gas que renueva el ingreso de divisas, pero eso es poco probable. Por otro lado, ni siquiera con los importantes volúmenes de oro que se extraen en el norte de La Paz, que alcanzan a 3.000 millones se puede resolver el problema de los dólares porque no hay una normativa que obligue la entrega de esas divisas ni posibilidad de controlar el curso de ese dinero, además porque el peso político y de movilización que tiene el movimiento cooperativista minero es más fuerte que la débil musculatura del gobierno.
Acudir al FMI, a los derechos especiales de giro, por más de 300 millones de dólares es un parche, pero le da aire al gobierno, sin embargo, obsesionado por la pelea con Evo, quien mostraría el hecho como una prueba de su orientación pro imperialista no se anima a dar el paso. Otra opción que parece ineludible es cumplir los acuerdos con los empresarios para levantar cualquier rastro de barreras a la exportación y sincerar la devaluación del dólar, que está por lo menos a 8.3 bolivianos, levantando los cepos o el llamado corralito boliviano a las cuentas en esa moneda.
Finalmente un tercer aspecto es el político, Arce necesita flexibilidad, hacer política para llegar a acuerdos con la oposición buscando aislar al evismo, que es el vector central de la conflictividad. Y acercarse a la clase media, porque de lo contrario el desborde de la crisis va acabar con su fiebre eleccionista.
El presidente Arce está en su propia trampa la de pensar que es el creador del modelo y que este funciona en cualquier circunstancia; no entender el contexto lo lleva al precipicio.
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/tres-apuntes-sobre-la-crisis_369690
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