A multisectoral effort aims to modify regulations and public policies to break the gaps in access to financing and knowledge that exist between men and women in Bolivia.
Journalist: Walter Vasquez
Of every 10 micro, small and medium-sized companies in the country, seven are led by women, according to a new study by UN Women in Bolivia, which aims to improve economic and social conditions for women entrepreneurs.
This initiative is part of the Analysis of financial services with a gender approach, a project that in 2021 carried out analysis work and will continue this year with awareness-raising, training and advocacy actions.
“One of the things we have found in the study is that Bolivia is one of the countries in the region with the most micro, small and medium-sized companies, of which approximately 70% are in the hands of women,” said the head of the UN Women Office Bolivia, Nidya Pesántez.
However, she pointed out, most of them have fewer possibilities of access to basic elements for entrepreneurship, such as knowledge and financing, as well as fewer resources.
Gap Reduction
This newspaper requested the Plurinational Service for Women and Depatriarchalization (Sepmud) for data and its position on the subject, but did not receive a response until the closing of this edition.
“The challenges of women entrepreneurs differ in terms of their ability to generate income, as well as their family background. For example, those extremely poor, and even single mothers with young children, have fewer skills and economic resources to carry out an enterprise and the businesses they carry out are for subsistence,” said economist Beatriz Muriel.
Pesántez explained that the limited access to training spaces does not allow women to develop methodologies and tools to improve their businesses and income, or to optimize their investments, so they do not have the optimal conditions to face the market.
The second factor that limits female entrepreneurship is the fact that they are not subject to credit, due to the fact that there are no specific products that support them and that take into account their differences and possibilities.
“80% of women over 20 in Bolivia do not have access to credit,” lamented Pesántez. “It’s like a vicious circle: without knowledge they can’t get credit and without financing they also can’t access the knowledge to get out of that mess,” she said.
In the case of lack of resources, women have fewer assets in their name, less income and less machinery and means of production than men.
These and many other results will be officially presented in the coming weeks.
“The idea is jointly with the Government to verify what changes can be made in the regulations so that financial services and prudential regulation can include specific mandates that allow bridging the gap between men in access to credit, donations and training,” anticipated the head of the UN Women Office.
THE PANDEMIC TRIPLED THE WORKLOAD SUPPORTED BY WOMEN
The unequal work that women did before the pandemic multiplied by three during the health crisis, which further limits their opportunities to improve income, innovation and access to financing and means of production.
“Women tripled their day at home due to confinement and the pandemic in general. Those who could telecommute had to mix it with caring for children of all ages, because nurseries, schools, colleges and universities were closed,” reported the head of the UN Women Bolivia Office, Nidya Pesántez.
Thus, women not only have to fulfill their work obligations, but are also in charge of childcare and educational support at home, as well as caring for the sick. The confinement, in addition, not only left many of them without work, but also triggered the indicators of violence against women, which “directly impacts their possibilities of looking for work” and, therefore, in the household economy.
Un esfuerzo multisectorial apunta a modificar la normativa y las políticas públicas para romper las brechas de acceso a financiamiento y al conocimiento que existe entre hombres y mujeres en Bolivia.
Foto: ONU Mujeres
Periodista: Walter Vásquez
De cada 10 micro, pequeñas y medianas empresas que hay en el país, siete están lideradas por mujeres, de acuerdo con un nuevo estudio de ONU Mujeres en Bolivia, con el que se apunta a mejorar las condiciones económicas y sociales para las emprendedoras.
Esta iniciativa es parte del Análisis de los servicios financieros con enfoque de género, un proyecto que en 2021 efectuó un trabajo de análisis y continuará este año con acciones de sensibilización, capacitación y abogacía.
“Una de las cosas que hemos encontrado en el estudio es que Bolivia es uno de los países de la región con más micro, pequeñas y medianas empresas, de las que aproximadamente el 70% está en manos de mujeres”, adelantó la jefa de la Oficina de ONU Mujeres Bolivia, Nidya Pesántez.
Sin embargo, apuntó, la mayoría de ellas tiene menos posibilidades de acceso a elementos básicos para el emprendimiento, como el conocimiento y el financiamiento, así como menor cantidad de recursos.
Reducción de brechas
Este medio solicitó al Servicio Plurinacional de la Mujer y de la Despatriarcalización (Sepmud) datos y su posición sobre el tema, pero no recibió respuesta hasta el cierre de esta edición.
“Los desafíos de las mujeres emprendedoras difieren en cuanto a su capacidad de generar ingresos, así como de su entorno familiar. Por ejemplo, aquellas extremadamente pobres, y aún madres solteras con hijos pequeños, cuentan con menos habilidades y recursos económicos para realizar algún emprendimiento y los negocios que realizan son de subsistencia”, afirmó la economista Beatriz Muriel.
Pesántez explicó que el reducido acceso a espacios de formación no permite a las mujeres el desarrollo de metodologías y herramientas para mejorar sus negocios e ingresos, ni para optimizar sus inversiones, por lo que no poseen las condiciones óptimas para enfrentar el mercado.
El segundo factor que limita el emprendimiento femenino es el hecho de no ser sujetos de crédito, debido a que no hay productos específicos que las apoyen y que tomen en cuenta sus diferencias y posibilidades.
“El 80% de las mujeres mayores de 20 años en Bolivia no accede al crédito”, lamentó Pesántez. “Es como un círculo vicioso: sin conocimiento no pueden conseguir crédito y sin financiamiento tampoco pueden acceder al conocimiento para salir de ese embrollo”, dijo.
En el caso de la falta de recursos, la mujer tiene menos bienes a su nombre, menos ingresos y menos maquinaria y medios de producción que el hombre.
Estos y muchos otros resultados se presentarán de manera oficial en las próximas semanas.
“La idea es conjuntamente con el Gobierno verificar cuáles son los cambios que se pueden hacer en la normativa para que los servicios financieros y la regulación prudencial puedan incluir mandatos específicos que permitan romper la brecha entre hombres de acceso al crédito, a donaciones y a capacitación”, anticipó la jefa de la Oficina de ONU Mujeres.
LA PANDEMIA TRIPLICÓ LA CARGA LABORAL QUE SOPORTA LA MUJER
El desigual trabajo que hacía la mujer antes de la pandemia se multiplicó por tres durante la crisis sanitaria, lo que limita aún más sus oportunidades de mejora de ingresos, de innovación y de acceso a financiamiento y medios de producción.
“Las mujeres triplicaron su jornada en casa por el confinamiento y la pandemia en general. Las que podían hacer teletrabajo tuvieron que mezclarlo con el cuidado de hijos de todas las edades, porque se cerraron guarderías, escuelas, colegios y universidades”, informó la jefa de la Oficina de ONU Mujeres Bolivia, Nidya Pesántez.
Así, las mujeres no solo tienen que cumplir con sus obligaciones laborales, sino que también están a cargo del cuidado de los hijos y de su apoyo educativo en casa, así como de la atención a los enfermos. El confinamiento, además, no solo dejó a muchas de ellas sin trabajo, sino que disparó los indicadores de violencia contra la mujer, lo cual “impacta directamente en sus posibilidades de buscar trabajo” y, por ende, en la economía de los hogares.