
Si quieres arrancarle el corazón a una democracia, vas tras los hechos, eso es lo que hacen los autoritarios modernos.
Paso 1: mientes todo el tiempo.
Paso 2: Dices que son tus oponentes y los periodistas los que mienten.
Paso 3: Todos miran a su alrededor y dicen: “¿Qué es la verdad? No hay verdad”.
Entonces la resistencia es imposible y el juego se acaba.