Editorial, El Diario:
The Bolivian people are not only victims of a severe economic crisis—caused by the lack of U.S. dollars for essential imports, the abrupt rise in food prices, agricultural product shortages, inflation, and a wave of protests and strikes by trade organizations—but also face an alarming increase in traffic accidents on the country’s roads and highways. Adding to this volatile situation is a political crisis with no apparent resolution, exacerbated by conflicts within political parties.

As if that weren’t enough, corporate guild protests, worker strikes, transport blockades at local and national levels, mass gatherings in various capitals, and mobilizations by business organizations are proliferating. These calamities are further compounded by gasoline and diesel shortages, which have ripple effects such as transport workers refusing to deliver food from rural areas to the cities, triggering an endless chain of economic and social consequences.

The crisis is widespread—the country is on the brink of biblical plagues, with no solutions or hope in sight. Some may believe that the general elections in August will put an end to the dramatic situation in the Plurinational State, but they are likely mistaken, as the incoming government will inherit an almost insurmountable crisis.

Misfortunes do not come alone but in clusters. To the aforementioned disasters, we must add the climate crisis, which has brought droughts, heavy rains, floods, landslides, hailstorms, frosts, and other extreme weather events, as reported daily by the media.
These hardships are deeply felt by the people, who say, “When it rains, it pours”—a phrase that aptly describes the dire state of the Plurinational State created by the MAS government.
But it seems this general crisis is only beginning. Farmers in the valleys and highlands report that relentless rains have flooded their fields, causing potato and other crops to rot. They warn that only a small portion of the harvest can be salvaged to make chuño, foreshadowing bleak days ahead. The national government must start addressing this situation urgently.
In summary, the Plurinational State is facing political, economic, moral, ecological, and social crises. Given this catastrophe, declaring a total state of emergency is imperative.

Finally, the sword of Damocles of a sudden political shift hangs over President Luis Arce’s head.
Editorial, El Diario:
El pueblo boliviano no solo es víctima de una aguda crisis económica, por la falta de dólares para hacer importaciones imprescindibles, la abrupta subida de precios de alimentos, escasez de productos agrícolas, inflación, una ola de marchas y paros de organizaciones gremiales y otros males. Así como el alarmante aumento de accidentes de tránsito en caminos y carreteras del país. A ese candente estado de cosas se suma la crisis política, que no encuentra salida, por varios conflictos en partidos políticos.

Por si fuera poco, proliferan las marchas de gremios corporativos, las huelgas y paros de trabajadores, las marchas de transportistas, los bloqueos a nivel local y nacional, las concentraciones de gente en varias capitales, la movilización de organismos empresariales y otros. A esas calamidades se agrega la falta de gasolina y diésel, que tiene efectos multiplicadores, como la protesta de los transportistas que dejan de trasladar alimentos del campo a las ciudades, y una interminable cadena de consecuencias económicas y sociales.

La crisis es general, el país está al borde de las siete plagas y lo peor es sin soluciones ni esperanzas a la vista. Algunas personas podrían creer que con las elecciones generales de agosto acabará la situación dramática del Estado Plurinacional, pero pareciera que están equivocadas, ya que los nuevos gobernantes heredarán una situación casi imposible de resolver.

Las desgracias no vienen solas, sino acompañadas de otras. En este caso, se puede observar que, a los desastres citados, se suma la crisis climática, portadora de sequías, lluvias intensas, inundaciones, mazamorras, granizadas, heladas y otros fenómenos, de los cuales medios de prensa informan cada día.
Esos hechos se reflejan en la población, que dice “sobre mojado, llovido”, sentencia que viene a cuento para mostrar el estado en que se encuentra el Estado Plurinacional creado por el masismo.
Pero pareciera que esa crisis general recién está empezando, pues los campesinos de valles y altiplano del país, hacen conocer que las intensas lluvias anegaron sus sembradíos y que se están pudriendo los cultivos de papa y otros alimentos. Aseguran que solo se podrá salvar un pequeño porcentaje de ese tubérculo para preparar chuño, lo que hace presagiar que tendremos días aciagos. Por ello, bien sería que el gobierno nacional vaya tomando en cuenta tal situación.
En resumen: el Estado Plurinacional se encuentra en crisis política, económica, moral, ecológica, social, etc. Ante esa calamidad, la declaratoria de un estado de emergencia total es urgente.

Finalmente, la espada de Damocles de un brusco cambio de situación política pende sobre la cabeza del presidente Luis Arce.
https://www.eldiario.net/portal/2025/04/01/emergencia-nacional-ante-una-crisis-total/
