Editorial, El Diario:
Since 2006, when the MAS (Movement for Socialism) came to power, it has often been asserted that “the rights to protest, work, and free movement are respected.” According to these claims, the legal order is supposedly upheld in our country, but the roadblocks initiated by the pro-Evo sector in more than ten regions, particularly isolating Cochabamba, are clear evidence to the contrary.
In reality, for the MAS supporters, the “right to protest” means resorting to roadblocks at any moment to pressure the current government—now led by President Luis Arce—until their demands are met.
The main cause of this detrimental measure lies in a prosecutor’s decision in Tarija to pursue legal action against coca grower leader Evo Morales Aima on charges of statutory rape and human trafficking. Although the case has been declared confidential, the pro-Evo groups have chosen to block roads to prevent Morales’ judicial prosecution and possible arrest. To obscure this central aim, they claim that the blockades are also intended to demand responses from the Arce administration to the country’s critical economic situation.
However, the roadblocks, especially in Cochabamba, with the threat of spreading to other regions, are causing significant economic damage to productive sectors, farmers unable to bring their products to market, exporters, transporters, and communities already experiencing shortages. Thus, it is false to suggest that the pro-Morales movement genuinely cares about the general welfare or about not harming the most vulnerable sectors.
The consequences of the blockades, initiated by Morales’ supporters on October 14, are substantial, resulting in losses due to disrupted markets and goods. It is estimated that around $190 million is lost per day, in addition to the various issues faced by people in the affected areas. What’s worse is that the responsible parties behind these and many other blockades—even during the COVID-19 pandemic—since MAS emerged on the political scene, remain unpunished.
Therefore, it is evident that the “rights to protest, work, and free movement” are respected only for MAS supporters, not for the vast majority of the population who do not live off politics but try to “move forward” through hard work, not demagogic speeches.
Another indication that both the pro-Evo and pro-Arce factions are essentially the same is the minimal government response to the ongoing roadblocks. The legal framework that guarantees the rights to work and free movement is not being enforced rigorously.
As public opinion has pointed out numerous times, MAS supporters as a whole seem concerned only with advancing their own objectives, such as extending their time in power or using forceful measures to ensure impunity.
Editorial, El Diario:
Desde el año 2006, cuando el MAS arriba al gobierno, se ha afirmado con frecuencia que “son respetados los derechos a la protesta, al trabajo y a la libre circulación”. Según tales palabras, aparentemente en nuestro país se respeta el ordenamiento legal, pero los bloqueos de caminos iniciados por el sector evista, en más de diez zonas del país, particularmente aislando a Cochabamba, son una prueba más de que no es así.
Lo cierto es que, por “derecho a la protesta”, sectores masistas entienden que pueden recurrir al bloqueo de caminos en cualquier momento para presionar al gobierno de turno, en este caso arcista, hasta que sean aceptadas sus demandas.
En ese sentido, la causa principal de tan nefasta medida es la determinación de una fiscal de Tarija para procesar al líder cocalero Evo Morales Aima por estupro y trata y tráfico de personas. A pesar de que el caso ha sido declarado en reserva, los evistas han decidido bloquear vías para impedir el procesamiento judicial y posible detención de Morales. Y para disfrazar esta intención central, aducen que los bloqueos también son para que el gobierno de Luis Arce dé respuestas ante la crítica situación económica en la que está el país.
Pero el bloqueo de vías, particularmente en Cochabamba, con amenaza de extenderse a otras regiones, causa enormes daños económicos a sectores productivos, a agricultores que no pueden hacer llegar sus productos a los centros de consumo, a exportadores, transportistas y poblaciones que comienza a sentir desabastecimiento. En consecuencia, es falso que al evismo le interese realmente el bienestar general o no afectar a los sectores menos favorecidos.
Las consecuencias de los bloqueos iniciados por los partidarios de Evo Morales, el 14 de octubre, son enormes por la pérdida de mercados y productos. Se habla de que por día se pierde alrededor de 190 millones de dólares, además de que se causa varios problemas a pobladores de los lugares donde surgen tales medidas de presión por intereses partidarios. Lo peor es que los responsables de estos bloqueos y de muchos otros (inclusive durante la pandemia por el covid-19), desde que apareció el MAS en la arena política, quedan sin castigo.
Por todo ello, es notorio que “son respetados los derechos a la protesta, al trabajo y a la libre circulación” de los partidarios del MAS, no del enorme resto de la población que no vive de la politiquería, sino que trata de “salir adelante”, con trabajo, no con discursos demagógicos.
Y otra prueba más de que evistas y arcistas en el fondo son lo mismo, es que la respuesta gubernamental para combatir los actuales bloqueos de caminos es mínima. Por ello no se aplica con rigor el ordenamiento legal que garantiza los derechos al trabajo y el libre tránsito.
Al parecer, como la opinión pública ha hecho notar varias veces, a los partidarios del MAS, en conjunto, solo les interesa velar por sus objetivos, como auto prorrogarse en el poder o recurrir a medidas de fuerza para conseguir impunidad.
https://www.eldiario.net/portal/2024/10/23/olvidados-derechos-al-trabajo-y-al-libre-transito/
