
Editorial, Los Tiempos:
Learning from the rains
Few natural phenomena are as recurrent in our country as the floods that occur every year in the rainy season, and the way we deal with their consequences makes it necessary to stop seeing the problem as if it were a fatality imposed by designs beyond human control.
It is necessary to learn the lessons that disasters can teach us, in this case those caused by the rains.
Every year, the efforts are concentrated in the inventory of the damages, approval of “exceptional” measures, to approve the disbursement of millionaire “emergency” items, in a foreseeable sequence that has barely the scope of urgency. It is important to face the problem in its true dimension.
In doing so, it is no longer enough to identify the ultimate causes of floods in the Amazon plains, for example, since it has already been shown that the origin of the problem is the intense rate at which our tropical forests and vegetation cover are destroyed throughout the Andean mountainous chain.
The relationship between deforestation and floods being so evident, the only thing left to do is choose between two possible paths. Either we persevere in the current predatory policy and accept the consequences with resignation, or the exponential rate with which the deforestation of our soils increases year after year is stopped.
In the case of Cochabamba, the least that could be expected, given how terrible the traumatic experience suffered a few years ago in Tiquipaya was, is that the most vulnerable municipalities concentrate their resources and energy on the adoption of preventive measures. Cleaning the streams that run down the southern slope of the Tunari National Park, for example, would have to be a top priority issue.
The lives lost and the suffering of dozens of families whose property was destroyed by the barrage of stones and mud that fell from the Tunari mountain range have been of no use, as construction continues on the security strips of the waterways. And the only thing left to do is take care of the emergency caused by the damages.
Breaking this recurring dynamic of making every effort to attend to emergencies, which is necessary, is the initiative taken by the Cercado Mayor’s Office, which has decided to plan, as announced by the Mayor, a dozen works to be carried out in 2022 to prevent floods.
The municipal officials have identified 10 recurring points where disasters caused by the rains occur and conceived infrastructure solutions to avoid them, taking advantage of the observation, in real time and circumstances, of the water dynamics.
Aprendiendo de las lluvias
Pocos fenómenos naturales son tan recurrentes en nuestro país como las inundaciones que se producen todos los años en la época de lluvias, y la manera cómo enfrentamos sus consecuencias imponen la necesidad de dejar de ver el problema como si de una fatalidad impuesta por designios ajenos a la voluntad humana se tratara.
Es necesario aprender las lecciones que pueden enseñarnos los desastres, en este caso los ocasionados por las lluvias.
Todos los años, los esfuerzos se concentran en la inventariación de los daños, aprobación de medidas “excepcionales”, para aprobar el desembolso de millonarias partidas “de emergencia”, en una previsible secuencia que tiene apenas el alcance de la urgencia. Es importante afrontar el problema en su verdadera dimensión.
Al hacerlo, ya no basta con identificar las causas últimas de las inundaciones en las llanuras amazónicas, por ejemplo, pues ya está demostrado que el origen del problema es el intenso ritmo al que se destruyen nuestros bosques tropicales y la cobertura vegetal en toda la cadena montañosa andina.
Siendo tan evidente la relación entre deforestación e inundaciones, sólo queda elegir entre dos caminos posibles. O se persevera en la actual política depredadora y se asumen con resignación las consecuencias, o se pone freno al ritmo exponencial con que año tras año aumenta la deforestación de nuestros suelos.
En el caso de Cochabamba, lo menos que cabría esperar, dado lo terrible que fue la traumática experiencia sufrida hace unos años en Tiquipaya, es que los municipios más vulnerables concentren sus recursos y energías en la adopción de medidas preventivas. La limpieza de las torrenteras que bajan de la ladera sur del Parque Nacional Tunari, por ejemplo, tendría que ser un asunto de máxima prioridad.
De nada han servido las vidas perdidas ni el sufrimiento de decenas de familias cuyos bienes fueron destruidos por el aluvión de piedras y lodo que bajó de la cordillera del Tunari, pues continúan las construcciones en las franjas de seguridad de las vías de agua. Y lo único que quedará por hacer es atender la emergencia ocasionada por los siniestros.
Rompiendo esa dinámica recurrente de volcar todos los esfuerzos a atender las urgencias, cosa necesaria, es significativa la iniciativa tomada por la Alcaldía de Cercado que ha decidido planificar, como lo anunció el Alcalde, una decena de obras a ejecutarse en 2022 para evitar inundaciones.
Los funcionarios ediles han identificado 10 puntos recurrentes donde ocurren desastres provocados por las lluvias y concebido soluciones de infraestructura para evitarlos, aprovechando la observación, en tiempo y circunstancias reales, de la dinámica hídrica.
https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20211229/editorial/aprendiendo-lluvias