Una caterva de mentirosos corruptos – A bunch of crooked liars

Enrique Velazco, Los Tiempos:

Uno miente, dos mienten, tres mienten, ¿a quién importa?

La semana anterior, me ha llevado a un estado de trance y de crisis existencial ante el evidente colapso de valores que considero elementales para sostener la institucionalidad democrática: principios y niveles mínimos de ética, en los políticos, y una permanente vigilancia desde la sociedad, para imponerles el apego a esos principios y valores.

Al inicio de la semana, en la entrevista en red UNO, Álvaro García dice que, al mediodía del domingo 10 de noviembre, Evo Morales le comunicó a él, Quintana, Zavaleta, Salvatierra, y “posiblemente Héctor Arce”, su decisión de renunciar. Ante esa decisión, él también renunció porque “su rol había sido acompañar un indio en el poder”. Por sucesión constitucional, le dicen a Adriana Salvatierra que ella debe hacerse cargo; Salvatierra accede entre lágrimas, y abandona el hangar presidencial para bajar a la ciudad.

García afirma que, posteriormente, cuando ya estaban en México, (el miércoles 12), Salvatierra se comunica con Morales y García y les comenta que su familia estaba bajo “la presión de los golpistas” y que, por lo tanto, ella también renunciaría, a lo que acceden.

En simultáneo a la entrevista a García, en PAT Gabriela Montaño trata de refutar al Gral. Terceros afirmando que era imposible que Kaliman hubiera sabido a las 14:00 de la decisión de Morales de renunciar: la decisión la habrían tomado, tras un amplio debate, al final de una reunión del gabinete en la que ella estaba presente y pocos minutos antes de abordar el avión para viajar al chapare (alrededor de las 16:00). García y Montaño coinciden en que, la renuncia, fue forzada porque las FFAA ya “actuaban al margen de la CPE, con sobrevuelos rasantes de aviones de combate haciendo uso de su armamento sobre La Paz y El Alto.”

Pero veamos los hechos. De inicio, no hay ningún registro de sobrevuelos rasantes con metralla en La Paz o El Alto ese domingo. En aclaraciones públicas –a los medios de comunicación y a militantes del MAS, Adriana Salvatierra ha repetido que las renuncias fueron acordadas, por razones políticas, con Morales y García. Respecto a cuándo fue acordado, nadie disputa que Adriana Salvatierra se reunió a las 15:00 del domingo 10 con José Antonio Quiroga y le informó sobre la decisión de la renuncia de Morales; ella publicó su renuncia tipo 18:30 de ese día, por lo que fue de pleno conocimiento del MAS, de Morales y de García. Las renuncias debieron haber sido acordadas el domingo, porque Morales se mantuvo en contacto con Salvatierra mientras ella asistía al diálogo de la UCB desde el lunes 11, donde ya todos sabían de su renuncia a la presidencia del Senado.

Sobre cuándo y cómo Morales decidió renunciar, las declaraciones de García y Montaño, se contradicen: Montaño sostiene que, la renuncia de Morales se discutió ampliamente, y se la decidió al filo de abordar el vuelo a Chimoré. Según García, tras la decisión de Morales a medio día, él también renuncia y deciden que Salvatierra asuma por sucesión constitucional. García no recuerda a Montaño –que fue su compañera de viaje al exilio– como la segunda mujer participante en la reunión de Morales con su equipo, ni menciona debate alguno sobre el tema entre los presentes.

Pero, si Salvatierra ya estaba en la ciudad a las 15:00 con la noticia de la renuncia de Morales, la versión de Montaño es insostenible, y no puede desvirtuar que Kaliman hubiera conocido de la renuncia a las 14:00.

En síntesis, un día, dos temas, tres actores, y al menos seis irreconciliables contradicciones “a vista y paciencia de todos”. Pero, aparentemente, la gran mayoría de la gente, simplemente, prefiere pasar al siguiente titular: el express delivery de gases desde Argentina, por ejemplo, …mientras la salud, el empleo y la reactivación, quedan en manos del Todopoderoso.

Es muy malo que los políticos mientan. Pero, frente a eso, son mucho peores la pasividad y el “que-me-importismo” social: si, con base en valores y principios compartidos, la gente no fija las prioridades en la agenda de gobierno, podrán cambiar las “verdades”, pero será imposible construir una sociedad democrática, y, menos aún, una con desarrollo sostenible.

El autor es investigador en desarrollo productivo

One lies, two lie, three lie, who cares?

The previous week, it has led me to a state of trance and existential crisis in the face of the evident collapse of values ​​that I consider elementary to sustain democratic institutions: principles and minimum levels of ethics, in politicians, and a permanent vigilance from society, to impose on them the adherement to those principles and values.

At the beginning of the week, in the UNO network interview, Álvaro García says that, at noon on Sunday, November 10, Evo Morales informed him, Quintana, Zavaleta, Salvatierra, and “possibly Héctor Arce” of his decision to resign. Faced with that decision, he also resigned because “his role had been to accompany an Indian in power.” By constitutional succession, Adriana Salvatierra is told that she must take charge; Salvatierra agrees through tears, and leaves the presidential hangar to go down to the city.

García affirms that, later, when they were already in Mexico, (on Wednesday 12), Salvatierra communicated with Morales and García and told them that her family was under “pressure from the coup plotters” and that, therefore, she would also resign, to which they agree.

Simultaneously with the interview with García, in PAT Gabriela Montaño tries to refute General Terceros stating that it was impossible for Kaliman to have known at 2:00 p.m. of Morales’ decision to resign: the decision would have been made, after a wide debate, at the end of a cabinet meeting in which she was present and a few minutes before boarding the plane to travel to the chapare (around 4:00 p.m.). García and Montaño agree that the resignation was forced because the armed forces were already “acting outside the CPE, with low overflights of fighter planes using their weapons over La Paz and El Alto.”

But let’s see the facts. Initially, there is no record of low overflights with shrapnel in La Paz or El Alto that Sunday. In public clarifications -to the media and to MAS militants, Adriana Salvatierra has repeated that the resignations were agreed, for political reasons, with Morales and García. Regarding when it was agreed, no one disputes that Adriana Salvatierra met with José Antonio Quiroga at 3:00 p.m. on Sunday the 10th and informed him of Morales’ decision to resign; she published her resignation at 6:30 p.m. that day, so she was fully aware of the MAS, Morales and García. The resignations should have been agreed on Sunday, because Morales kept in contact with Salvatierra while she attended the UCB dialogue since Monday the 11th, where everyone already knew of her resignation to the presidency of the Senate.

Regarding when and how Morales decided to resign, García and Montaño’s statements contradict each other: Montaño maintains that Morales’ resignation was widely discussed, and it was decided on the edge of boarding the flight to Chimoré. According to García, after Morales’ decision at noon, he also resigned and they decided that Salvatierra would assume by constitutional succession. García does not remember Montaño -who was his companion on his trip to exile- as the second woman to participate in Morales’ meeting with his team, nor does he mention any debate on the subject among those present.

But, if Salvatierra was already in the city at 3:00 p.m. with the news of Morales’ resignation, Montaño’s version is untenable, and she cannot deny that Kaliman had known about the resignation at 2:00 p.m.

In short, one day, two themes, three actors, and at least six irreconcilable contradictions “in full view and patience of all.” But, apparently, the vast majority of people simply prefer to move on to the next headline: the express delivery of gases from Argentina, for example, … while health, employment and reactivation are in the hands of the Almighty.

It is very bad for politicians to lie. But, in the face of this, passivity and social “I-care-not” are much worse: if, based on shared values ​​and principles, people do not set priorities on the government’s agenda, they will be able to change the “truths,” but it will be impossible to build a democratic society, and even less, one with sustainable development.

The author is a researcher in productive development

https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20210717/columna/uno-miente-dos-mienten-tres-mienten-quien-importa

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