
EFE:
Un servicio de mensajería ecológica en el corazón de Bolivia
Bicicletas convencionales, algunas eléctricas y otras modificadas para llevar cargas un tanto más pesadas son las principales aliadas de un grupo de jóvenes emprendedores que son parte de Eco Delivery, el servicio de mensajería ecológica que pedalea contra la contaminación atmosférica en el corazón de Bolivia.
La iniciativa surgió después de que los jóvenes ganaran la edición de 2016 de la Carrera Solar Atacama, la primera con vehículos solares de Latinoamérica que se realiza en Chile, con un automóvil que construyeron ellos mismos, explicó a Efe la gerente de Eco Delivery, Noelia Barea.
Después de construir el auto solar y ganar aquella competencia, los muchachos se quedaron con una buena provisión de “motores eléctricos, el conocimiento y las ganas de implementar nuevas formas de movilidad urbana” en la ciudad central de Cochabamba “debido a su alta contaminación atmosférica”, comentó Barea.
“Ahora seguimos pedaleando para limpiar la ciudad”, sostuvo la joven.
Y es que la contaminación atmosférica es algo serio en Cochabamba, donde en 2018 se llegó a registrar 73 miligramos de contaminante por metro cúbico de aire (mg/m3) frente a un parámetro de 20 mg/m3 que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para cuidar la salud.
Las medidas restrictivas aplicadas durante 2020 permitieron disminuir los niveles de contaminación en esa ciudad boliviana, pero aún queda mucho por hacer y los jóvenes de Eco Delivery lo saben.
Por ello apostaron por la bicicleta para poner en marcha este “servicio logístico integrado” de mensajería “con un bajo impacto ambiental” que cubre el área metropolitana de Cochabamba, incluidos los municipios vecinos de Tiquipaya, Quillacollo y Sacaba, explicó Barea.
“Lo que tratamos de hacer no es competir en precios, ni en velocidad, aunque nuestros precios son muy accesibles, sino es ofrecer un servicio personalizado, de alta calidad, facturado y con todas las normas legales”, manifestó.
El de Eco Delivery es un servicio “diferente, más personalizado” y con una clientela más específica, explicó por su parte Gonzalo Mercado, uno de los mensajeros.
“Por ejemplo, los bancos, que hay bastantes en el centro, se envían papeles unos a los otros, entonces es más fácil mandarlos por bici”, comentó a Efe Mercado.
Además de trasladar cartas, invitaciones y documentos, algunas de las bicis se adaptaron con estructuras metálicas que les permiten transportar algunos paquetes un tanto más pesados.
JÓVENES EMPRENDEDORES
Junto a Mercado hay otros jóvenes que son parte del emprendimiento, que también busca ser una opción laboral para estudiantes sin que interrumpan sus estudios por tener que trabajar.
El único requisito es “tener una bicicleta”, comentó Barea, mientras que Mercado aseguró que personalmente decidió unirse a este servicio de mensajería “por una motivación personal”, por el hecho “de estar ayudando con el medioambiente, de no hacer algo contaminante o poner mi granito de arena”.
Ese “granito de arena” mencionado por Mercado se refleja en el pequeño reporte que el servicio ha empezado a publicar en Facebook sobre el impacto que tuvo su servicio durante el mes.
Por ejemplo, el pasado junio los mensajeros de Eco Delivery recorrieron 2.333,3 kilómetros en bicicleta, lo que supone “el trabajo de 293 árboles” y la reducción de 488,56 kilos de dióxido de carbono.
MÁS EDUCACIÓN VIAL
Barea y Mercado coincidieron en que una de las principales dificultades que afrontan estos mensajeros ambientales es la falta de educación vial por parte de conductores de vehículos o de motocicletas, e incluso de algunos transeúntes.
“Usualmente se considera que los autos tienen una prioridad sobre la calzada, lo cual no es cierto y nos respaldan las leyes para demostrarlo”, manifestó Barea.
Por su parte, Mercado contó que es difícil moverse en bici en la ciudad, donde muchas veces “hay que hacer peripecias para ir pasando y tratar de darse campo en las calles” atestadas sobre todo por vehículos de transporte público.
La construcción de ciclovías está bien, aunque para Mercado, sería más importante enfatizar en la educación vial para que la gente aprenda a respetar el transporte en bicicleta y así ayudar a descontaminar la ciudad.
Gina Baldivieso
An ecological courier service in the heart of Bolivia
Conventional bicycles, some electric and others modified to carry somewhat heavier loads, are the main allies of a group of young entrepreneurs who are part of Eco Delivery, the ecological courier service that pedals against air pollution in the heart of Bolivia.
The initiative arose after young people won the 2016 edition of the Atacama Solar Race, the first with solar vehicles in Latin America to be held in Chile, with a car they built themselves, Eco Delivery manager Noelia Barea explained to Efe.
After building the solar car and winning that competition, the boys were left with a good supply of “electric motors, the knowledge and the desire to implement new forms of urban mobility” in the central city of Cochabamba “due to its high air pollution” Barea commented.
“Now we continue pedaling to clean the city,” said the young woman.
And it is that air pollution is something serious in Cochabamba, where in 2018, 73 milligrams of pollutant per cubic meter of air (mg/m3) was recorded compared to a parameter of 20 mg/m3 that the World Health Organization ( WHO) recommends to take care of health.
The restrictive measures applied during 2020 made it possible to reduce pollution levels in that Bolivian city, but there is still much to do and the young people of Eco Delivery know it.
That is why they opted for the bicycle to launch this “integrated logistics” messaging service “with a low environmental impact” that covers the metropolitan area of Cochabamba, including the neighboring municipalities of Tiquipaya, Quillacollo and Sacaba, explained Barea.
“What we try to do is not compete in prices or speed, although our prices are very accessible, but rather offer a personalized, high-quality service, invoiced and with all legal regulations,” she said.
Eco Delivery is a “different, more personalized” service with a more specific clientele, explained Gonzalo Mercado, one of the messengers.
“For example, banks, which are quite a few in the center, send papers to each other, so it is easier to send them by bike,” Mercado told Efe.
In addition to carrying letters, invitations and documents, some of the bikes were adapted with metal structures that allow them to transport some somewhat heavier packages.
YOUNG ENTREPRENEURS
Along with Mercado there are other young people who are part of the venture, which also seeks to be a job option for students without interrupting their studies because they have to work.
The only requirement is “to have a bicycle,” Barea commented, while Mercado assured that he personally decided to join this messaging service “out of personal motivation,” for the fact “of helping the environment, not doing something polluting or put my two cents.”
That “grain of sand” mentioned by Mercado is reflected in the small report that the service has begun to publish on Facebook about the impact its service had during the month.
For example, last June the Eco Delivery couriers traveled 2,333.3 kilometers by bicycle, which represents “the work of 293 trees” and the reduction of 488.56 kilos of carbon dioxide.
MORE ROAD EDUCATION
Barea and Mercado agreed that one of the main difficulties faced by these environmental messengers is the lack of road safety education by drivers of vehicles or motorcycles, and even by some passers-by.
“Cars are usually considered to have priority over the road, which is not true and we are backed by the laws to prove it,” Barea said.
For his part, Mercado said that it is difficult to get around by bike in the city, where many times “you have to make adventures to get past and try to find space in the streets” crowded especially by public transport vehicles.
The construction of bicycle lanes is fine, although for Mercado, it would be more important to emphasize road safety education so that people learn to respect bicycle transport and thus help decontaminate the city.
Gina Baldivieso