By Ernesto Estremadoiro, El Deber:
EXCHANGE RATE

People are prioritizing buying food over purchasing dollars/Photo: Ricardo Montero
Fernando Romero, president of the College of Economists of Tarija, attributes the drop in the digital dollar to lower demand driven by inflation, informal currency inflow, and a political environment that generates expectations of stability.
The price of the digital dollar (USDT), a benchmark in the parallel market, fell below Bs 15—a figure unthinkable just months ago when the currency traded as high as Bs 20. This decline is due to a combination of economic and political factors, explained Fernando Romero, president of the College of Economists of Tarija.
“The main reason for this drop is lower demand. Due to inflation, people are prioritizing their income on food, education, healthcare, basic services, and debt payments rather than buying dollars,” Romero said.
According to recent data from exchange platforms, this drop marks a new point in the volatility curve that has characterized the USDT in Bolivia over the past year. This asset saw two key peaks: the first in August 2024, with a steady rise to Bs 17, and the second in May 2025, when it exceeded Bs 19 amid intense demand for alternative dollars by citizens and businesses.
Changing priorities
The value recorded on July 1 (Bs 14.91) reflects a downward trend that may be interpreted as a sign of relief in the pressure from the parallel market.
The analyst clarifies that this is not a loss of interest in the currency but a shift in household spending priorities. “Buying dollars remains a logical option in the face of the boliviano’s loss of purchasing power, but it’s not the priority at the moment,” he said.
Romero also points out that the cryptoasset market, such as USDT, has behaved differently. Although with less intensity, demand remains—but without reaching the peaks seen in previous months, which has also contributed to the price drop in the digital sphere.
Another decisive factor is the inflow of dollars through informal means from neighboring countries like Peru and Argentina. Romero describes it as a form of “reverse smuggling,” driven by shopping tourism, which finds still-cheap products in Bolivia.
“The inflow of dollars through shopping tourism and informal trade has generated additional supply that helps stabilize or even reduce the parallel dollar price,” he noted.
Regarding the possible injection of dollars from foreign loans, the economist was blunt: “They are not being disbursed into the national financial system. Their destination is the payment of external debt and the importation of fuels, so their effect on local supply is practically zero.”
Romero emphasized political expectations. Polls showing a potential victory for right-wing forces in the 2025 elections may be generating greater certainty in the parallel market.
“If a right-wing government wins, the trend will be toward stability and a reduction in both the dollar and inflation. On the other hand, if a left-wing government prevails, we could see upward pressure,” he concluded.
Romero anticipates that if these conditions continue, the USDT rate could fall to Bs 13, although he doesn’t expect it to drop much further. However, he warns that as the elections approach, market behavior could shift abruptly.
Por Ernesto Estremadoiro Flores, El Deber:
TIPO DE CAMBIO

La gente prioriza la compra de alimentos antes que adquirir dólares/Foto: Ricardo Montero
Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, atribuye la baja del dólar digital a una menor demanda impulsada por la inflación, el ingreso informal de divisas y un entorno político que genera expectativas de estabilidad.
El precio del dólar digital (USDT), referencia del mercado paralelo cayó por debajo de los Bs 15, una cifra impensada meses atrás, cuando la divisa se cotizaba en niveles de hasta Bs 20. Esta baja responde a una combinación de factores económicos y políticos, explicó Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija.
“El principal motivo de esta caída es la menor demanda. La gente, debido al proceso inflacionario, está priorizando sus ingresos en alimentos, educación, salud, servicios básicos y deudas, más que en la compra de dólares”, indicó Romero.
Según datos recientes de plataformas de intercambio, este descenso marca un nuevo punto en la curva de volatilidad que ha caracterizado al USDT en Bolivia durante el último año. La cotización de este activo tuvo dos picos clave: el primero en agosto de 2024, con un incremento sostenido hasta los Bs. 17, y el segundo en mayo de 2025, cuando superó los Bs. 19 en medio de una intensa demanda de dólares alternativos por parte de ciudadanos y empresas.
Cambio de prioridades
El valor registrado este 1 de julio (Bs. 14.91) refleja una tendencia bajista que, puede interpretarse como una señal de alivio en la presión del mercado paralelo.
El analista aclara que no se trata de un desinterés por la divisa, sino de un cambio en las prioridades del gasto familiar. “Comprar dólares sigue siendo una opción lógica ante la pérdida del poder adquisitivo del boliviano, pero no es la prioridad en este momento”, dijo.
Romero también señala que el mercado de criptoactivos, como el USDT, ha tenido un comportamiento distinto. Aunque con menos fuerza, su demanda se mantiene, pero sin alcanzar los picos observados en meses anteriores, lo que contribuyó a la caída del precio también en el ámbito digital.
Otro factor determinante es la presencia de dólares que ingresan de manera informal desde países vecinos como Perú y Argentina. Romero lo describe como una forma de “contrabando inverso”, impulsado por el turismo de compras, que encuentra en Bolivia productos aún baratos.
“La llegada de dólares por turismo de compras y el comercio informal ha generado una oferta adicional que ayuda a estabilizar o incluso reducir el precio del dólar paralelo”, indicó.
Sobre la posible inyección de dólares por créditos externos, el economista fue tajante: “No están siendo desembolsados al sistema financiero nacional. Tienen como destino el pago de deuda externa y la importación de carburantes, por lo que su efecto en la oferta local es prácticamente nulo”.
Romero hizo énfasis en las expectativas políticas. Las encuestas, que muestran un posible triunfo de fuerzas de derecha en las elecciones de 2025, estarían generando mayor certidumbre en el mercado paralelo.
“Si gana un gobierno de derecha, la tendencia será a la estabilidad y reducción tanto del dólar como de la inflación. En cambio, si se impone un gobierno de izquierda, podríamos ver una presión al alza”, concluyó.
Romero anticipa que, de continuar estas condiciones, la cotización del USDT podría llegar hasta los Bs 13, aunque no estima que baje mucho más. Sin embargo, advierte que a medida que se acerquen las elecciones, el comportamiento del mercado puede cambiar bruscamente.
