By Manfredo Kempff Suárez, Eju.tv:
The great independent ayllu of Chapare
If the governor of Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, had refused to respond to a judicial summons for any trivial accusation against him, he would have been declared defiant and contemptuous of the law. The Bolivian Police, Armed Forces, and MAS militias residing in some neighborhoods of Santa Cruz would have immediately converged to capture him. Meanwhile, Evo Morales, accused of terrible acts against morality, including statutory rape, has been issued an arrest warrant for his refusal to appear before the Prosecutor’s Office, and yet nothing has happened. This, despite Morales openly declaring that he will not testify because it is a political persecution, while the full extent of the adolescent victims he exploited under his authority remains unknown.
Camacho was ambushed in broad daylight in Santa Cruz. Shots were fired, there were beatings and insults, and the Santa Cruz governor was dragged into a vehicle, then onto a helicopter by an elite police command, and taken to La Paz. He spent a night there, was brought to the Prosecutor’s Office, and within hours was sent to the maximum-security prison of Chonchocoro. All this happened in just a few hours. In Santa Cruz, there was widespread shock and unrest. Protests were held against the dictatorship, but the Governor has been in prison for two years, barred from making statements, and allowed visits from his wife and child only when permitted, as an act of Christian charity.
Evo Morales is not arrested because he is feared. Morales and his henchmen threaten disturbances, blockades, and bloodshed. Despite his serious crimes, Morales continues to insult the Government daily and defiantly declares he will not submit to justice, daring anyone to lay a hand on him. Thousands of coca growers from the Six Federations have offered themselves as shields and guards for the new Curaca Mayor of the Great Ayllu of Chapare. Some of his followers have already stated that if anyone wants to capture Morales, they must be prepared to die. Morales not only has sworn guards protecting him but also continues to spread his propaganda through his radio station and has announced a new massive march from Patacamaya to La Paz.
What defies logic is how the Government could so efficiently abduct the governor of Santa Cruz but cannot touch Morales. How can a department of more than 3 million inhabitants be violently deprived of its democratically elected governor, while the Government cowers before the Curaca Mayor of a Great Ayllu with fewer than 300,000 souls? The answer seems simple: the Government fears Chapare more than Santa Cruz. It fears Morales more than all the people of Santa Cruz combined. It fears the Great Ayllu, a coca and cocaine producer, more than Bolivia’s richest and most entrepreneurial region, which produces everything the country needs to eat.
This is our reality. Cambas are labeled separatists, yet to pass through Chapare, the Great Ayllu, one now needs permission from those who control the roads and collect tolls for the collectors. There are already customs that, like all others, collect for the collectors. Of course, there is a union police force with a list of undesirables (alleged assassins seeking Morales’ head). They scour hotels and inns, harassing the few tourists and extorting poor business owners. The Great Ayllu also has an army of mercenaries of dubious origin, well-paid and well-armed, who answer blindly to their Curaca Mayor.
In Santa Cruz, the Governor has no one. Everything falls under the oppressive gaze of the Plurinational State, which does not even fulfill its basic economic obligations. And the Police? The Police are there to arrest drunken revelers and beat them until they’re penniless. Moreover, as proven, they are not there to protect the Department’s highest authority but to arrest him.
Por Manfredo Kempff Suárez, Eju.tv:
El gran ayllu independiente del Chapare
Si el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, se hubiera negado a comparecer a una citación judicial por cualquier minucia de las que fue acusado, lo hubieran declarado rebelde y contumaz a la ley, y le caerían de inmediato, para capturarlo, toda la Policía Boliviana, las Fuerzas Armadas, y las milicias masistas que pernoctan en algunos barrios cruceños. A Evo Morales, acusado por terribles actos reñidos con la moral, donde el estupro es uno de ellos, le ha sido emitida una orden de detención ante su negativa a declarar en la Fiscalía, y no ha pasado nada. Y eso que Morales ha afirmado que no se presentará a declarar porque se trata de una persecución política, cuando todavía no se conoce el número de adolescentes que se llevó a la cama, aprovechando de su investidura.
Pues bien, a Camacho lo atraparon en una emboscada en plena luz del día en Santa Cruz; hubo disparos, golpes, insultos, y el gobernador cruceño fue arrastrado a un vehículo y de ahí subido a un helicóptero, por un comando de élite policial, y llevado hasta La Paz. Allí durmió una noche, fue llevado a la Fiscalía y en un dos por tres lo mandaron a la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro. Todo en pocas horas. En Santa Cruz la sorpresa fue enorme, la inquietud también, se protestó contra la dictadura, pero el Gobernador hace dos años que está preso, impedido de hacer declaraciones, y, como un acto de caridad cristiana, recibiendo a su esposa e hijo, cuando se les da permiso. Eso, para ser breve.
A Evo Morales no lo apresan porque le tienen miedo. Y le tienen miedo porque tanto él como sus capangas, amenazan con disturbios, bloqueos, y con sangre. Morales, pese a sus delitos graves, sigue expresando insultos diarios contra el Gobierno y reiterando que no piensa someterse a la justicia, desafiando a que alguien se atreva a ponerle la mano encima. Además, miles de cocaleros de las Seis Federaciones, se ofrecen como escudos y guardias del nuevo Curaca Mayor del Gran Ayllu del Chapare. Ya lo han dicho varios de sus seguidores: si quieren capturarlo, que estén dispuestos a morir. No solo el Curaca Morales está protegido por juramentados jenízaros, sino que sigue lanzando infundios desde su radio y anuncia una nueva marcha masiva que partirá de Patacamaya a La Paz.
Lo que no encaja en la lógica es cómo el Gobierno pudo secuestrar tan eficientemente al gobernador cruceño y cómo no puede hacer nada con Morales. Cómo un departamento de más de 3 millones de habitantes es privado violentamente de su gobernador, elegido democráticamente, y cómo se asusta ante el Curaca Mayor de un Gran Ayllu que no debe tener más de 300 mil almas. La cosa parece simple: el Gobierno le teme más al Chapare que a Santa Cruz. Le teme más a Morales que a todos los cruceños juntos. Más al Gran Ayllu productor de coca y cocaína que a la región más rica y emprendedora de Bolivia, que produce de todo para que pueda comer el país.
Así estamos. Los cambas somos los separatistas, pero resulta que para transitar por el Chapare, por el Gran Ayllu, ya se necesita permiso de quienes controlan los caminos y cobran peaje para los cobradores. Ya existen verdaderas aduanas, que, como todas, recaudan para los recaudadores. Por supuesto que hay una policía sindical que cuenta con una lista de indeseables (presuntos asesinos tras la cabeza de Morales) y recorren los hoteles y pensiones buscándolos y espantando a los pocos turistas y a los pobres dueños de los negocios a quienes extorsionan. Y el Gran Ayllu tiene un ejército de mercenarios de dudoso origen, bien pagados y bien armados, que responden ciegamente a su Curaca Mayor.
En Santa Cruz el Gobernador no tiene a nadie. Todo está bajo la viscosa mirada del Estado Plurinacional que ni siquiera cumple con el mínimo de sus obligaciones económicas. ¡Ah! ¿Y la Policía? La Policía está para atrapar bohemios trasnochados y fajarlos hasta dejarlos sin un centavo. Además, como está comprobado, no sirve para cuidar a la primera autoridad del Departamento, sino para apresarla.
https://eju.tv/2025/01/el-gran-ayllu-independiente-del-chapare/
