By Mónica Briançon Messinger, El Potosi:
Dirty “suicides”
Dirty panorama. Disgusting. Heart-wrenching. There’s no possible explanation for two former national authorities to have “decided” to end their lives, leaving behind a letter declaring themselves not guilty.
The first case shook the Bolivian public opinion. It affected, causing intense media tremors, but then, as always, it shifted to another topic.
Do you remember, dear reader, the intervention of Banco Fassil? His name was Carlos Colodro. His case was swiftly closed in June 2023, stating that his death was a suicide, despite the family providing statements to the contrary and trying to demonstrate that Colodro wasn’t in a situation that would lead him to such extreme measures.
Amidst a dense legal fog, where against all usual practice, the coroner and the prosecutor quickly declared Colodro’s death a suicide.
However, the deceased’s family lawyer, Jorge Valda, revealed that the corpse was missing one eyeball and one testicle, and “did not rule out” that he had been murdered. “There were stab wounds on the arms, back, and all over the body,” he told the media. He explained that on Saturday, Mother’s Day in Bolivia, Colodro had lunch with his family, with whom he had a “normal conversation,” and towards five in the afternoon, he had gone to work in the building across from where his body was found hours later.
Just a few days ago, on April 24, after numerous accusations against Yacimientos de Litio Bolivianos, and its poor management during Morales’ government, Juan Carlos Montenegro, former manager of this public institution, was found dead.
He left a posthumous letter denouncing that 96 feeder pools of raw materials were abandoned during Arce’s government, because they decided to switch technologies and opt for Direct Lithium Extraction.
According to Montenegro, the accusations against him and other former officials seek to conceal the government’s failure in its Direct Lithium Extraction strategy. He wrote that he was innocent and would not submit to being humiliated by a rigged justice system. I wonder, who writes a letter minutes before supposedly dying of a heart attack, as the government authorities claim?
A heart attack is not something you do to yourself. It just happens.
Montenegro’s death occurred in a context where he was being investigated alongside other former authorities for irregularities in the construction of 18 evaporation pools at the industrial plant for lithium carbonate. According to a specialized audit, the economic damage to the state amounted to 425 million bolivianos.
These cases are related to large-scale theft within and outside the Central Government, involving people connected to it. These are not accidental deaths. They are dirty suicides.
MAS is a criminal organization that acts just like its partners, the cartels, who indeed keep them in power, under the guise of equality and sovereignty with an indigenous face.
Will there be an end to this Era of Terror? Or will we continue to believe that voting for the lesser evil will be the solution?
Por Mónica Briançon Messinger, El Potosi:
Sucios “suicidios”
Panorama sucio. Asqueroso. Desgarrador. No hay explicación posible para que dos ex autoridades nacionales hayan “decidido” pasar a mejor vida, dejando una carta donde se declaran no culpables.
El primer caso sacudió a la opinión pública boliviana. Afectó, causando un temblor mediático intenso, pero luego, y como siempre, se pasó a otro tema.
¿Recuerda estimado lector al interventor del Banco Fassil? Se llamaba Carlos Colodro. Su caso fue cerrado sin mayor dilación, en junio de 2023, declarando que su muerte se debió a un suicidio, a pesar de que la familia brindó declaraciones en otro sentido y tratando de demostrar que Colodro no estaba atravesando por una situación que lo llevó a esa extrema medida.
En medio de una densa neblina leguleya, donde contra toda práctica habitual, el forense y el fiscal, rápidamente declararon que Colodro se suicidó.
Sin embargo el abogado de la familia del occiso, Jorge Valda, reveló que el cadáver no tenía un globo ocular ni uno de los testículos y “no descartó” que hubiera sido asesinado. “Había heridas punzocortantes en los brazos, la espalda y todo el cuerpo”, relató a los medios. Explicó que el sábado, día de las madres en Bolivia, Colodro había almorzado con su familia, con la que tuvo una “charla normal” y, hacia las cinco de la tarde, se había ido a trabajar al edificio frente al que se halló su cuerpo horas más tarde.
Hace pocos días, el 24 de abril, y luego de sendas acusaciones en contra de Yacimientos de Litio Bolivianos, y su pésima administración durante el gobierno de Morales, apareció muerto Juan Carlos Montenegro, ex gerente de esta institución pública.
Dejó una carta póstuma donde denunció que 96 piscinas alimentadoras de materia prima fueron abandonadas en el gobierno de Arce, porque se decidió cambiar de tecnología y apostar a la Extracción Directa de Litio.
Según Montenegro, la denuncia en su contra y otros exfuncionarios busca ocultar el fracaso del Gobierno en su estrategia de Extracción Directa de Litio. Escribió que es inocente y no se sometería a ser humillado por una justicia amañada. Me pregunto ¿quién escribe una carta minutos antes de suicidarse por paro cardiaco, tal cual lo cacarean las autoridades gubernamentales?
El paro cardiaco no es algo que uno se hace. Simplemente te sucede.
La muerte de Montenegro se dio en un contexto en el que era investigado junto a otras exautoridades por irregularidades en la construcción de 18 piscinas de evaporación de la planta industrial de carbonato de litio. Según una auditoría especializada, el daño económico al Estado de 425 millones de bolivianos.
Estos casos están relacionados con robos grandes dentro y fuera del Gobierno Central, con gente relacionada a éste. No se trata de muertes accidentales. Son suicidios sucios.
El MAS es una organización criminal que actúa al igual que sus socios, los carteles, que ciertamente los mantienen en el poder, bajo la pantomima de igualdad y soberanía con rostro indígena.
¿Habrá un fin a esta Era de Terror? ¿O seguiremos creyendo que votar por el menos peor será la solución?
