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Why Bolivia’s Cerro Rico Is Called The Man-Eating Mountain

Cooperativa Minera Compotosi Ltda, a labour movement continues to pressure the government to improve the safety standards here.
Mining in Bolivia has played a crucial role in the country’s economic and political landscape since the 16th century, with silver extraction from the Cerro Rico mountain being a significant contributor. However, the mountain, once known for its wealth, earned a grim reputation as the “man-eating mountain” due to a tragic incident involving Quechua and African slaves who were sent to mine its depths. Trapped underground, these workers and millions of others succumbed to the harsh conditions, marking a dark chapter in Bolivia’s history.
Cerro Rico serves as a poignant symbol of Bolivia’s past, reflecting the suffering and exploitation endured by those who toiled as miners. The mountain’s structural integrity has been compromised over time by continuous silver mining, leading to erosion-induced weaknesses. Despite governmental efforts to stabilize it with lightweight cement, a sinkhole deepens incrementally each year, posing a threat to the mountain’s stability.
Addressing this issue involves considering the cessation of mining activities, a solution that could jeopardise the city’s primary source of livelihood. With approximately 15,000 miners dependent on this industry, it poses a complex dilemma for the local population. The Cooperativa Minera Compotosi Ltd, a labour movement, persistently pressures the government to enhance safety standards in the mining sector.
Situated at an altitude of 4800 meters, Cerro Rico is not merely a historical monument but also an extinct volcano with a rich geological history. During the Miocene epoch, which occurred around 24 to 5 million years ago, a metal-rich belt comprising tin and silver formed in the mountain. Erosion during this epoch revealed a core abundant in silvery metallic minerals, contributing to the geological diversity of the region.
Preserving the cultural and geological significance of Cerro Rico necessitates a delicate balance between economic activities and environmental sustainability. The ongoing challenges underscore the importance of implementing responsible mining practices and safeguarding the well-being of the local population while respecting the historical legacy embedded in Bolivia’s mountains.
Por qué al Cerro Rico de Bolivia se le llama la montaña devoradora de hombres

Cooperativa Minera Compotosi Ltda, un movimiento laboral continúa presionando al gobierno para que mejore los estándares de seguridad aquí.
La minería en Bolivia ha desempeñado un papel crucial en el panorama económico y político del país desde el siglo XVI, siendo la extracción de plata de la montaña Cerro Rico un importante contribuyente. Sin embargo, la montaña, alguna vez conocida por su riqueza, se ganó una sombría reputación como la “montaña devoradora de hombres” debido a un trágico incidente que involucró a esclavos quechuas y africanos que fueron enviados a explotar sus profundidades. Atrapados bajo tierra, estos trabajadores y millones de otros sucumbieron a las duras condiciones, marcando un capítulo oscuro en la historia de Bolivia.
Cerro Rico es un símbolo conmovedor del pasado de Bolivia, que refleja el sufrimiento y la explotación que padecieron quienes trabajaron como mineros. La integridad estructural de la montaña se ha visto comprometida con el tiempo por la continua extracción de plata, lo que ha provocado debilidades inducidas por la erosión. A pesar de los esfuerzos gubernamentales para estabilizarla con cemento liviano, un sumidero se profundiza cada año, lo que representa una amenaza para la estabilidad de la montaña.
Abordar este problema implica considerar el cese de las actividades mineras, una solución que podría poner en peligro la principal fuente de sustento de la ciudad. Dado que aproximadamente 15.000 mineros dependen de esta industria, plantea un dilema complejo para la población local. La Cooperativa Minera Compotosi Ltd, un movimiento sindical, presiona persistentemente al gobierno para que mejore los estándares de seguridad en el sector minero.
Situado a una altitud de 4800 metros, Cerro Rico no es simplemente un monumento histórico sino también un volcán extinto con una rica historia geológica. Durante la época del Mioceno, que ocurrió hace entre 24 y 5 millones de años, se formó en la montaña un cinturón rico en metales que incluía estaño y plata. La erosión durante esta época reveló un núcleo abundante en minerales metálicos plateados, contribuyendo a la diversidad geológica de la región.
Preservar la importancia cultural y geológica de Cerro Rico requiere un delicado equilibrio entre las actividades económicas y la sostenibilidad ambiental. Los desafíos actuales subrayan la importancia de implementar prácticas mineras responsables y salvaguardar el bienestar de la población local respetando al mismo tiempo el legado histórico incrustado en las montañas de Bolivia.

