Humberto Vacaflor, El Diario:
Memories of the present
Something is wrong in Bolivia. We had the scepter of being the country with the most coups, but the last two have been made by apprentices. We could have written the Larousse on the coups d’état, but we have flunked.
If it is true that in November 2019 there was a coup, despite the resignation of the president and vice president, there was a constitutional succession and the TCP gave it the green light, it was an inconclusive coup. Interruptus.
Those who came to government on November 12, 2019 should have accomplished the historic event: a never-before-seen citizen protest had expelled a corrupt and drug-trafficking dictatorship.
A cycle in the history of Bolivia had ended, the one headed by the coca grower Morales, but the actors who received the helm of the country were not aware of that.
Parliament had to be closed, electoral laws revised, new elections called, and the new parliament charged with opening trials of responsibility for the leaders of the dictatorship that had been overthrown.
But the parliament was not closed and the government that emerged was handcuffed by a legislature led by a masista trained in Cuba who did not even authorize the arrival of vaccines against the Chinese virus or the passage of oxygen to hospitals.
A coup, if it was, really badly done.
And now comes another. The one managed by a former Army officer and former minister of the coca grower. He arrives with all the strength of him but he stays halfway. Also interruptus.
It is as if Luis Arce Gómez, in 1980, had killed Marcelo Quiroga Santa Cruz, he had unleashed the most ruthless repression, but had not presented Luis García Meza as the new president. He would have been exhausted in repression.
This former army officer, who had flunked twice at the School of the Americas, this time flunked as a coup leader because he did not carry out his purpose: he did not reinstate the cocalero in the presidency, as he was supposed to be. .
As a result of this lack of definition, we have the cocalero acting as president but without having been reinstated in office. And President Arce sent to Mexico, on a visit, to familiarize himself with the route of the overthrown.
To begin with, these apprentices should know that a serious coup has music. They are military marches that are broadcast by the state media and private media that have been taken by force. It is announced that the Constitution and human rights are in force “in everything that does not contradict the purposes of this revolution.” And proceed. Unless you are an apprentice.
In short, as coup plotters, they are an embarrassment of themselves.
Siglo21bolivia.com
Recuerdos del presente
Algo está fallando en Bolivia. Teníamos el cetro de ser el país con más golpes de Estado, pero los dos últimos han sido hechos por aprendices. Podíamos haber escrito el Larousse de los golpes de Estado, pero nos hemos aplazado.
Si es cierto que en noviembre de 2019 se produjo un golpe de Estado, a pesar de que renunciaron el presidente y el vice, hubo una sucesión constitucional y el TCP le dio luz verde, resultó un golpe inconcluso. Interruptus.
Quienes llegaron al gobierno el 12 de noviembre de 2019 debieron haber consumado el hecho histórico: una protesta ciudadana jamás vista había expulsado a una dictadura narcotraficante y corrupta.
Se había acabado un ciclo en la historia de Bolivia, el encabezado por el cocalero Morales, pero los actores que recibieron el timón del país no estuvieron enterados de eso.
Había que cerrar el parlamento, revisar las leyes electorales, llamar a nuevas elecciones y encargar al nuevo parlamento la apertura de juicios de responsabilidades a los cabecillas de la dictadura que había sido derrocada.
Pero el parlamento no fue cerrado y el gobierno que surgió quedó maniatado por un legislativo dirigido por una masista entrenada en Cuba que no autorizó ni siquiera le llegada de vacunas contra el virus chino ni el paso de oxígeno a los hospitales.
Un golpe, si lo fue, realmente muy mal hecho.
Y ahora llega otro. El que maneja un exoficial del Ejército y exministro del cocalero. Llega con toda su fuerza pero se queda a medias. También interruptus.
Es como si Luis Arce Gómez, en 1980, hubiera matado a Marcelo Quiroga Santa Cruz, hubiera desatado la represión más despiadada, pero no hubiera presentado a Luis García Meza como el nuevo presidente. Se hubiera agotado en la represión.
Este exoficial del ejército, que se aplazó dos veces en la Escuela de las Américas, se aplazó esta vez como golpista porque no consumó su propósito: no repuso al cocalero en la presidencia, como se supone que era su objetivo.
Como resultado de esta indefinición, tenemos al cocalero actuando como presidente pero sin haber sido repuesto en el cargo. Y el presidente Arce enviado a México, de visita, para que se familiarice con la ruta de los derrocados.
Para comenzar, deben saber estos aprendices que un golpe en serio tiene música. Son marchas militares que son transmitidas por los medios del Estado y los medios privados que han sido tomados por la fuerza. Se anuncia que la Constitución y los derechos humanos están vigentes “en todo aquello que no contradiga los propósitos de esta revolución”. Y proceder. Salvo que seas un aprendiz.
En fin, como golpistas, éstos son un papelón.
Siglo21bolivia.com
https://www.eldiario.net/noticias/2021/2021_03/nt210328/opinion.php?n=43&-golpes-inconclusos
… Constitutional coup …? Does not exist! … It would be a legal aberration ..
Bolivian Thoughts over our wonders 