By Ernesto Estremadoiro Flores, El Deber:
EXCHANGE RATE CRISIS

The currency shows increasing scarcity in the local market
The informal rate of the U.S. dollar reached a new peak before retreating, reflecting the persistent shortage of dollars in the formal market. The parallel dollar has been dragging on since 2023, in a context marked by economic uncertainty.
The exchange rate of the dollar in Bolivia’s parallel market drew attention again this Tuesday after reaching a new high of 16.45 bolivianos per unit, according to digital platforms. Later, however, the U.S. currency fell back to around Bs 15, according to reports from informal exchange houses and digital trading platforms.
The spike to Bs 16.45 represents one of the highest levels since the parallel market began operating on a large scale in Bolivia in early 2023, driven by the growing shortage of dollars in the banking system and the limited official supply of foreign currency from the Central Bank of Bolivia (BCB), due to the depletion of Net International Reserves (NIR).
Since then, the parallel dollar has maintained an upward trend, reflecting unmet demand for foreign currency from importers, businesses, and citizens. Meanwhile, the official exchange rate remains fixed at Bs 6.96 for buying and Bs 6.86 for selling—a policy of exchange rate stability that the government has defended as an “anti-inflation anchor,” but which increasingly puts pressure on international reserves.
The gap between the official and parallel exchange rates—a spread that has surpassed 130% at its highest points—has caused distortions in trade, speculation, and an increasingly active black market. Analysts agree that the lack of structural measures to restore confidence and supply the formal market could prolong volatility in the coming months.
Various economic sectors, especially importers, denounce that accessing dollars through official channels remains difficult, forcing them to turn to the parallel market, where prices are determined by supply and demand. This is compounded by a lower supply of foreign currency from exports and a more adverse external environment for emerging economies.
The government has repeatedly announced measures to improve foreign currency liquidity, but so far these actions have not fully managed to contain the growth of the parallel market.
Por Ernesto Estremadoiro Flores, El Deber:
CRISIS CAMBIARIA

La divisa presenta una creciente escasez en el mercado local
La cotización informal de la divisa estadounidense alcanzó un nuevo pico antes de retroceder, reflejando la persistente escasez de dólares en el mercado formal. El dólar paralelo se arrastra desde 2023, en un contexto marcado por la incertidumbre económica
La cotización del dólar en el mercado paralelo boliviano volvió a acaparar la atención este martes tras alcanzar un nuevo máximo 16,45 bolivianos por unidad, según plataformas digitales. Pero más tarde, la divisa estadounidense retrocedió a la baja, situándose en torno a Bs 15, según reportes de casas de cambio informales y plataformas digitales de intercambio.
El repunte hasta los Bs 16,45 representa uno de los niveles más alto desde que comenzó a operar de forma masiva el mercado paralelo en Bolivia a inicios de 2023, impulsado por la creciente escasez de dólares en el sistema bancario y la limitada oferta oficial de divisas por parte del Banco Central de Bolivia (BCB), por la escasez de las Reservas Internacionales Netas (RIN).
Desde entonces, el dólar paralelo ha mantenido una tendencia ascendente, reflejando una demanda insatisfecha de divisas por parte de importadores, empresas y ciudadanos. Mientras tanto, el tipo de cambio oficial sigue anclado en Bs 6,96 para la compra y Bs 6,86 para la venta, una política de estabilidad cambiaria que el Gobierno ha defendido como un “ancla antiinflacionaria”, pero que cada vez genera más presión sobre las reservas internacionales.
La diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo —una brecha cambiaria que ha superado el 130% en los picos más altos— ha generado distorsiones en el comercio, especulación y un mercado negro cada vez más activo. Analistas coinciden en que la falta de medidas estructurales para recuperar la confianza y abastecer el mercado formal podría mantener la volatilidad en los próximos meses.
Diversos sectores económicos, en especial los importadores, denuncian que acceder a dólares mediante canales oficiales continúa siendo difícil, lo que obliga a acudir al mercado paralelo, donde las cotizaciones son determinadas por la oferta y la demanda. A esto se suma una menor oferta de divisas por exportaciones y un entorno externo más adverso para las economías emergentes.
El Gobierno ha anunciado en varias ocasiones medidas para mejorar la liquidez en moneda extranjera, pero hasta ahora estas acciones no han logrado contener del todo el crecimiento del mercado paralelo.
