Editorial, Los Tiempos:
Reports of cyber scams via social networks are becoming more frequent, but many of them do not reach the police offices due to bureaucracy, lack of knowledge, or because the victims believe it would be pointless to do so, among other reasons. The fact is that those dedicated to this crime have structured themselves in such a way that we are talking about criminal organizations composed of hundreds of people, as was seen yesterday during the operation carried out by the police in Santa Cruz.
Of the 117 people present at the scene yesterday, nine were arrested to be investigated for crimes such as fraud, illicit enrichment, and other offenses that will be classified by the Prosecutor’s Office. These individuals had specific roles, such as recruiting victims, granting loans through applications, cloning business and personal accounts, and even sending threatening messages to collect payments.
According to the police report, the “masterminds” are individuals of Colombian, Chinese, and Peruvian nationality. The building was equipped with the technology to carry out their activities effectively and comfortably.
The Deputy Minister of the Interior, Jhonny Aguilera, stated that those who “did not fulfill their obligations were threatened and extorted daily through calls and the dissemination of their personal data, generating extortion and emotional impact on the victims.”
Two weeks ago, the police dismantled another organization, which is still unknown if it is related to the one mentioned earlier. This group was made up of inmates from the PC4 section of Palmasola, who scammed at least 400 people.
The mafia grew to the point of offering training to their staff to execute scams through social networks and applications, through which criminals could access victims’ data with just one click. In the police operation, four computers, 10 cell phones, and many SIM cards were seized, along with two firearms.
Authorities reported that the cell phone signal jammers had defects and needed recalibration. “Some of the jammers installed in previous administrations are operational, but they will need to be relocated due to a detected vulnerability,” said Mauricio Romero, the departmental director of the Penitentiary Regime in Santa Cruz, at the time.
The reality in Bolivia is that, both inside and outside prisons, criminal organizations possess technological knowledge and equipment that surpass those of the Bolivian Police. Therefore, it is crucial to train the officers assigned to the institution’s cybercrime unit to confront this crime.
Editorial, Los Tiempos:
Las denuncias de estafas cibernéticas a través de las redes sociales son cada vez más frecuentes, pero muchas de ellas no llegan a formalizarse en las oficinas policiales debido a la burocracia, la falta de conocimiento o porque los afectados creen que no tendría sentido hacerlo, entre otras razones. Lo cierto es que las personas dedicadas a este delito se han estructurado de tal manera que se habla de organizaciones criminales conformadas por cientos de personas, como se observó ayer durante el operativo llevado a cabo por la Policía en Santa Cruz.
De las 117 personas presentes ayer en el lugar, nueve fueron aprehendidas para ser investigadas por delitos como estafa, enriquecimiento ilícito y otros delitos que serán tipificados por la Fiscalía. Estas personas tenían roles específicos, como captar víctimas, otorgar créditos mediante aplicaciones, clonar cuentas de empresas y personas, e incluso enviar mensajes amenazantes para hacer cobros.
Según el informe policial, las “mentes maestras” son individuos de nacionalidad colombiana, china y peruana. El edificio estaba equipado con la tecnología para llevar a cabo sus actividades de manera efectiva y cómoda.
El viceministro del Régimen Interior, Jhonny Aguilera, afirmó que quienes que “no cumplían con sus obligaciones eran amenazadas y extorsionadas diariamente mediante llamadas y divulgación de sus datos personales, generando una extorsión y un impacto emocional en las víctimas”.
Hace dos semanas, la Policía desarticuló otra organización, de la cual aún se desconoce si guarda relación con la mencionada anteriormente. Esta agrupación estaba compuesta por reclusos de la sección PC4 de Palmasola, quienes estafaron al menos a 400 personas.
La mafia creció hasta ofrecer capacitación a su personal para ejecutar estafas a través de redes sociales y aplicaciones, mediante las cuales los delincuentes podían acceder a datos de las víctimas con sólo un clic. En el operativo policial se incautaron cuatro computadoras, 10 celulares y muchos chips, además de dos armas de fuego.
Las autoridades informaron que los inhibidores de señal de los celulares tenían defectos y necesitaban ser recalibrados. “Algunos de los inhibidores instalados en gestiones anteriores están en funcionamiento, pero requerirán ser reubicados debido a una vulnerabilidad detectada”, afirmó en su momento el director departamental de Régimen Penitenciario en Santa Cruz, Mauricio Romero.
La realidad en Bolivia es que, tanto dentro como fuera de las cárceles, las organizaciones criminales poseen conocimientos tecnológicos y equipamiento que superan a los de la Policía Boliviana. Por tanto, resulta crucial capacitar a los agentes designados a la unidad de cibercrimen de la institución para hacer frente a este delito.
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