Editorial, El Diario:
Official provocations and public reactions
In recent weeks, the public has once again entered a stage of restlessness and agitation. Contrary to expectations, the streets of the cities have once again been the scene of strikes, blockades, demonstrations of various social sectors, with an energetic presence, making demands of various kinds to the government. These events were not isolated and covered a large part of the national territory.
The protagonists of these actions were doctors, nurses, public employees, farmers, teachers, students and some union organizations that occupied streets and roads, causing unrest among the urban population and paralysis of economic sectors with negative effects on the national economy. It is unfortunate.
Those events were not peaceful. Some resulted in clashes with police who fired chemical products and fights that acquired the volume of gasification.
Observing these events in some depth, it is confirmed that, in reality, they were effects and not causes. The protesters did not win the streets for the simple desire to do so, but as a reaction to certain causes, considering that there is no effect without a cause. What were the causes that determined these acts of violence and where did they come from?
The causes that originated these effects were government measures that acquired a level of provocations and logically determined the reactions in fact on public roads. Now, if these causes had not existed or they had been reformed or annulled, social unrest – with political overtones – would not have occurred and, therefore, social tranquility and even the development of the electoral process would not have occurred altered, far from it. In this regard, it is necessary to remember the saying “To Caesar what is Caesar’s.”
Provocaciones oficiales y reacciones públicas
En semanas recientes la ciudadanía ha vuelto a entrar en una etapa de intranquilidad y agitación. Contra lo esperado, las calles de las ciudades han vuelto a ser escenario de paros, bloqueos, manifestaciones de diversos sectores sociales, de enérgica presencia, haciendo demandas de diversa naturaleza al gobierno. Esos hechos no fueron aislados y abarcaron a gran parte del territorio nacional.
Los protagonistas de esas acciones fueron médicos, enfermeras, empleados públicos, campesinos, maestros, estudiantes y algunas organizaciones gremiales que ocuparon calles y caminos, causando malestar entre la población urbana y parálisis de sectores económicos cos efectos negativos sobre la economía nacional. Es algo lamentable.
Esos sucesos no fueron pacíficos. Algunos derivaron en choques con policías que hicieron disparos de productos químicos y combates que adquirieron el volumen de gasificaciones.
Observando esos hechos con alguna profundidad, se confirma que, en realidad, fueron efectos y no causas. Los manifestantes no ganaron las calles por el simple deseo de hacerlo, sino como reacción a determinadas causas, considerando que no existe efecto sin causa. ¿Cuáles fueron las causas que determinaron esos actos de violencia y de dónde provenían?
Las causas que originaron esos efectos fueron medidas de gobierno que adquirieron nivel de provocaciones y determinaron lógicamente las reacciones de hecho en vías públicas. Ahora bien, si no hubiesen existido esas causas o hubiesen sido reformadas o anuladas, la agitación social –con visos de carácter político– no se hubiese producido y, por tanto, la tranquilidad social y aun el desarrollo del proceso electoral no se habría alterado, ni mucho menos. Al respecto, es necesario recordar el dicho “Al César lo que es del César”.
Bolivian Thoughts 