By Manfredo Kempff, El Diario:
I did not vote for Rodrigo Paz in the first round or the runoff, and I’ve written so in these very pages. The main reason was the fear provoked by his vice-presidential candidate, Edmand Lara; another, equally important, was that Tuto Quiroga appeared to have a more efficient team for governing and offered greater security.
However, it must be acknowledged that Rodrigo Paz has grown stronger thanks to the selfless parliamentary support offered by Quiroga, and that prominent figures who once stood on other sides—such as Javier Lupo—allow us to foresee a time of recovery for our battered country, devoured like the locusts in the forest.
Curiously, and perhaps unprecedented in my memory, the president-elect has begun to govern before taking office. Such is the collapse, such the anxiety and despair of the people, that Rodrigo is moving both inside and outside Bolivia in search of solutions to alleviate, to some degree, the prevailing desperation.
His meeting with national entrepreneurs in Santa Cruz was very important, of course, as it is a splendid sign of joint effort to solve, as soon as possible, the disaster left by Evo Morales—the squandering of gas revenues and their dire consequences that we now suffer and that his helpless and inept successor, Arce, complacently continued.
But equally important has been his work in the international arena, from the moment he decided to normalize relations with the United States, which had reached pitiful lows since Morales—turned into the Führer of the new Plurinational Bolivia—decided, on a whim, to expel the U.S. ambassador, feeling powerful with the little gas money. He also got rid of the DEA to keep it from overseeing his six federations and the traffickers, and now those who profit from that trade, realizing they’ll lose their business, cry out when Paz rightly announces their return.
After more than 15 years without ambassadors and with relations kept poor, the president-elect rightly seeks close ties with the U.S., to recover much of what was lost during that estrangement, and to move away from the ridiculous, humiliating allegiance to the dictatorships of Venezuela, Cuba, Nicaragua, and other, more distant satrapies that the Foreign Ministry has not invited to his constitutional inauguration. His current presence in the U.S. is a wise move.
The reaction from the Puebla Group and its followers has been to “punish” Bolivia by excluding it from ALBA. Good riddance! Jeanine Añez and her foreign minister, Karen Longaric, had already left that club of the destitute, where members lock themselves away to deliver fiery speeches against imperialism and listen to Maduro’s lies, just as they once listened to and applauded Chávez.
Good first steps from the president-elect—they bring a sense of security, although he must be very careful with his vice president, who stands on the opposite side and receives winks from Evo. As we have long said, he will be the fly in Rodrigo Paz’s ear. He will create trouble in the Assembly and try to take it to the streets with his deputies, continuing Morales’s playbook of blockades and barricades across the country. That Lara has a MAS essence is beyond any doubt.
Por Manfredo Kempff Suárez, El Diario:
No voté por Rodrigo Paz en la primera vuelta ni en el balotaje y así lo he escrito en estas mismas páginas. La razón más importante era el temor que me provocaba su candidato a la vicepresidencia, Edmand Lara; y la otra, importante también, que Tuto Quiroga, aparecía con un equipo más eficiente para gobernar y ofrecía mayor seguridad.
Sin embargo, hay que reconocer que Rodrigo Paz se ha fortalecido con el desinteresado apoyo parlamentario que le ha ofrecido Quiroga, y que destacados personajes que estaban en otras filas, como el caso de Javier Lupo, permiten avizorar tiempos de recuperación para este nuestro maltrecho país, que ha sido devorado como las marabuntas en los bosques.
Curiosamente, y tal vez inédito desde que mi memoria recuerda, el presidente electo ha comenzado a gobernar antes de asumir el mando. Tal es el descalabro, tal la preocupación y el desconsuelo de la gente, que Rodrigo está moviéndose dentro y fuera de Bolivia en busca de soluciones para paliar, en alguna medida, la desesperación imperante.
Ha sido muy importante su reunión con los empresarios nacionales en Santa Cruz, desde luego, porque es una señal magnífica para, conjuntamente, solucionar lo antes posible la debacle que dejó Evo Morales, con la dilapidación de los ingresos del gas y sus dramáticas consecuencias que padecemos hoy y que, panchamente, continuó su desvalido e inepto sucesor, Arce.
Pero tan importante como eso, ha sido su actuación en el campo internacional, desde el momento en que ha decidido normalizar las relaciones con Estados Unidos, que pasaban por momentos lamentables desde que Morales, convertido en el Führer de la nueva Bolivia Plurinacional, decidió, como cualquier cosa, echar al embajador norteamericano, porque se sintió poderoso con la platita del gas. Se deshizo también de la DEA para que no controle a sus seis federaciones y a los narcos y ahora, los que trafican y ven que perderán su negocio, claman cuando Paz anuncia, acertadamente, su retorno.
Luego de más de 15 años sin embajadores, con unas relaciones que se han mantenido pobres, el presidente electo desea, acertadamente, vínculos estrechos con EEUU, recuperar lo mucho que se perdió con el alejamiento, y dejar de lado las fantochadas de adhesión humillante a las dictaduras de Venezuela, Cuba, Nicaragua u otras satrapías más distantes a las que la Cancillería no ha invitado a su acto de posesión constitucional. Su actual presencia en EEUU es un acierto.
La reacción del Grupo de Puebla y sus seguidores, ha sido “castigar” a Bolivia apartándola del ALBA. ¡En buena hora! Jeanine Añez y su canciller Karen Longaric ya habían abandonado ese club de menesterosos, donde se reúnen para, entre ellos, encerrados, lanzar discursos incendiarios contra el imperialismo y escuchar las mentiras de Maduro, como antes oían y aplaudían a Chávez.
Buenos los primeros pasos del presidente electo; dan una sensación de seguridad, aunque debe tener mucho cuidado con su vicepresidente que está en la vereda del frente y que recibe los guiños de Evo. Será, como hemos dicho hace rato, la mosca en la oreja para Rodrigo Paz. Creará problemas en la Asamblea y tratará de llevarlos a la calle, junto con sus diputados, para continuar con el libreto de los bloqueos y las barricadas que impuso Morales en el país. De que Lara tiene esencia masista, no cabe la menor duda.
https://www.eldiario.net/portal/2025/10/30/los-primeros-pasos/
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