By Mauricio Quiroz, El Deber:
Historical Protagonists of Freedom:

Monument to Ignacio Warnes
Ignacio Warnes not only fought with weapons; he knew how to use words to ignite patriotism / Photo: EL DEBER
Dozens of men and women fought for independence in these lands for 15 long years.
On September 24, 1810, Santa Cruz entered a new chapter in history. That day, Antonio Vicente Seoane, a Creole educated in Chuquisaca and bearer of the ideas of popular sovereignty, together with Colonel Antonio Suárez, led a crowd to the Cabildo. There, with the support of Mayor Francisco Javier de Cuéllar and councilmen José Joaquín Aponte and José Vicente Arias, they rejected the authority of interim governor Pedro Toledo Pimentel and formed a Government Junta. Seoane assumed the presidency and Suárez took military command. It was the first cry for freedom in Santa Cruz.
The experience was short-lived. After the patriot defeat at Huaqui (1811), the royalists regained control. But the seed had been planted: Santa Cruz would never again be indifferent to the cause of emancipation.
In 1813, with the second auxiliary expedition to Upper Peru, General Manuel Belgrano appointed Colonel Ignacio Warnes governor of Santa Cruz. Young, bold, and fiery in speech, Warnes reorganized the militias and gave prominence to the Battalion of Pardos Libres. His leadership was so strong that Dámaso de Uriburu declared: “he is the most respectable enemy the royalists had in these provinces.”
Warnes not only fought with weapons; he knew how to use words to inflame patriotism. “Cruceños, to victory or to die with glory!” he proclaimed before the decisive Battle of El Pari. On November 21, 1816, against 1,600 royalists led by Brigadier Francisco Javier de Aguilera —the “Fierce” Aguilera— around 1,200 men under Warnes —young Creoles, artisans, Indigenous, and mulattos— fought in a brutal clash. The battle lasted more than seven hours and left over 3,000 dead on both sides. Warnes fell mortally wounded, trapped under his horse and finished off with a bayonet. Aguilera, though proclaiming victory, was so weakened he could not march on Tucumán, indirectly securing Argentine independence, declared just months earlier. For the people of Santa Cruz, El Pari was the heroic self-sacrifice of an entire generation.
After Warnes’s death, José Manuel Mercado, nicknamed “Colorao” for his hair, assumed command. A loyal lieutenant of Warnes, he continued the resistance from the jungles of Saipurú and Cordillera, keeping the rebellious spirit alive through guerrilla warfare. His name became associated with perseverance, refusing to surrender despite adversity.
The following years were marked by the shifting control between patriots and royalists. Yet the legacy of Seoane, Warnes, and Mercado consolidated Santa Cruz as a bastion of dignity and sacrifice in the long war (1809–1825).
Historian Gabriel René Moreno stated that the Battle of El Pari was “Santa Cruz’s greatest contribution to South American independence.” And as Humberto Vásquez Machicado emphasized, September 24, 1810, was not just a local act, but part of a continental struggle linking Santa Cruz’s fate to America’s emancipation.
The sacrifice of Warnes and the resistance of “Colorao” Mercado made Santa Cruz a symbol of total devotion to freedom.

An engraving of the Battle of El Pari /Photo: Ricardo Montero
A Plan for Santa Cruz
The mission. In 1825, the Municipality of Santa Cruz gave its deputies 21 instructions for the Deliberative Assembly.
Vision of country. They proposed a democratic republic with free vote, separation of powers, and the defense of Cruceño territory.
Provisions. In the economy, they promoted free trade, roads to Brazil and Paraguay, industry, mining, and the abolition of colonial taxes and monopolies.
Rights. Socially, they demanded equal rights without ethnic distinction, elimination of the Indigenous tribute, and universal education: schools, university, and trades. They also called for strengthening justice, improving prisons, and recovering Cathedral funds. These directives laid the foundations of the Cruceño Project.
Battle. The September 24 uprising marked the beginning of the region’s greatest struggle for freedom and culminated in the Battle of El Pari.
The deed of Ana Barba. After Ignacio Warnes’s death at El Pari, his head was displayed in the plaza by Aguilera’s order. Cruceña Ana Barba recovered the skull, hiding it for nine years. Upon seeing it, she uttered the phrase that immortalized her: “Rest here, my dear godfather, until the homeland is liberated.”
Texts for review
Sanabria Fernández, H. Historia de Bolivia (1942).
Vásquez Machicado, H. Historia de la independencia en Santa Cruz (1988).
Abastoflor, J. (interviews and works on Charcas and independence).
Por Mauricio Quiroz Terán, El Deber:
Protagonistas históricos de la libertad:

Ignacio Warnes no solo combatió con las armas, supo usar la palabra para inflamar el patriotismo/ Foto: EL DEBER
Decenas de hombres y mujeres lucharon por la independencia de estas tierras durante 15 largos años
El 24 de septiembre de 1810 marcó un antes y un después en la historia de Santa Cruz. Ese día, Antonio Vicente Seoane, criollo formado en Chuquisaca y portador de las ideas de soberanía popular, junto con el coronel Antonio Suárez, movilizó a una multitud hasta el Cabildo. Allí, con el respaldo del alcalde Francisco Javier de Cuéllar y de los regidores José Joaquín Aponte y José Vicente Arias, desconocieron la autoridad del gobernador interino Pedro Toledo Pimentel y constituyeron una Junta de Gobierno. Seoane asumió la presidencia y Suárez el mando militar. Fue el primer grito libertario en tierras cruceñas.
La experiencia fue breve. Tras la derrota patriota en Huaqui (1811), los realistas recuperaron la plaza. Pero la semilla estaba sembrada: Santa Cruz no volvería a ser indiferente a la causa emancipadora.
En 1813, con la segunda expedición auxiliadora al Alto Perú, el general Manuel Belgrano designó al coronel Ignacio Warnes como gobernador de Santa Cruz. Joven, audaz y de verbo encendido, Warnes reorganizó las milicias y dio protagonismo al Batallón de Pardos Libres. Su liderazgo fue tan fuerte que el propio Dámaso de Uriburu señaló: “es el enemigo más respetable que tenían los realistas en estas provincias”.
Warnes no solo combatió con las armas. Supo usar la palabra para inflamar el patriotismo. “¡Cruceños, a vencer o con gloria morir!”, arengó antes de la batalla decisiva del Pari. Fue el 21 de noviembre de 1816, frente a 1.600 realistas del brigadier Francisco Javier de Aguilera, —el ‘Feroz’ Aguilera— los cerca de 1.200 hombres de Warnes —jóvenes criollos, artesanos, indígenas y mulatos— se enfrentaron en un combate encarnizado. La batalla duró más de siete horas y dejó más de 3.000 muertos en ambos bandos. Warnes cayó mortalmente herido, atrapado bajo su caballo y rematado a bayoneta. El ‘Feroz’ Aguilera, pese a proclamarse vencedor, perdió tantas fuerzas que no pudo marchar hacia Tucumán, lo que indirectamente aseguró la independencia argentina proclamada pocos meses antes. Para los cruceños, El Pari fue la inmolación heroica de una generación.
Tras la muerte de Warnes, asumió el mando José Manuel Mercado, apodado el ‘Colorao’ por su cabello. Leal lugarteniente de Warnes, continuó la resistencia desde las selvas de Saipurú y Cordillera, manteniendo vivo el espíritu rebelde en forma de guerrillas. Su nombre quedó asociado a la perseverancia, al negarse a rendirse pese a la adversidad.
Los años siguientes estuvieron marcados por la oscilación del poder entre patriotas y realistas. Sin embargo, la impronta de Seoane, Warnes y Mercado consolidó a Santa Cruz como un bastión de dignidad y sacrificio en la larga guerra (1809–1825).
El historiador Gabriel René Moreno afirmó que la batalla de El Pari fue “la contribución más grande de Santa Cruz a la independencia sudamericana”. Y, como subraya Humberto Vásquez Machicado, el 24 de septiembre de 1810 no fue solo un acto local, sino parte de una gesta continental que vinculó la suerte de Santa Cruz con la emancipación de América.
El sacrificio de Warnes y la resistencia del ‘Colorao’ Mercado convirtieron a Santa Cruz en símbolo de entrega absoluta por la libertad.

Un grabado de la Batalla del Pari /Foto: Ricardo Montero
Un plan para Santa Cruz
La misión. En 1825, la Municipalidad de Santa Cruz entregó a sus diputados 21 instrucciones para la Asamblea Deliberante.
Visión de país. Planteaban una república democrática con voto libre, división de poderes y la defensa del territorio cruceño.
Previsiones. En economía, impulsaban el libre comercio, caminos hacia Brasil y Paraguay, industria, minería y abolición de tributos y monopolios coloniales.
Derechos. En lo social, pedían igualdad de derechos sin distinción étnica, la eliminación del tributo indígena y educación universal: escuelas, universidad y oficios. También exigían fortalecer la justicia, mejorar cárceles y recuperar fondos de la Catedral. Estas directrices sentaron las bases del Proyecto Cruceño.
Batalla. La revuelta del 24 de septiembre marcó el inicio de la mayor gesta libertaria de la región y derivó en la batalla de El Pari.
La gesta de Ana Barba. Tras la muerte de Ignacio Warnes en El Pari, su cabeza fue expuesta en la plaza por orden de Aguilera. La cruceña Ana Barba recuperó el cráneo. Lo escondió durante nueve años. Al contemplarlo, pronunció la frase que la inmortalizó: “descansa aquí mi querido padrino, mientras la patria se libere”.
Textos para revisar
Sanabria Fernández, H. Historia de Bolivia (1942).
Vásquez Machicado, H. Historia de la independencia en Santa Cruz (1988).
Abastoflor, J. (entrevistas y trabajos sobre Charcas y la independencia).
