By Ronald MacLean-Abaroa, Brijula Digital:
Marcelo, yes, but not like this
Democracy is based on laws, not on people
–Anonymous
The road to hell, they say, is paved with good intentions, and Marcelo Claure has burst onto the political scene like a bull in a china shop. There’s no doubt about his good intentions in commissioning surveys to guide people and discover what “the voice of the people” wants.
What motivates Marcelo in his desire to steer the electoral process above politicians, offering informed data that promises to enlighten the electorate amidst the “darkness” of politics? Could it be his successful business experience or his wealth?
Marcelo seems unaware of Bolivia’s political history and, more importantly, of the current civic effort to promote “open citizen primaries” to select the best opposition candidate. This effort aims to return voice and sovereignty to voters without the mandatory intermediation of “unionized politicians,” those few who enjoy the privilege of possessing a “letter of marque,” persisting in maintaining their advantage of being the only ones to represent the opposition, keeping democracy hostage.
Through his surveys, Marcelo attempts to uncover and define “what the people want,” as he has written on his X account. These polls offer nothing new and appear to have methodological flaws. Therefore, it is essential to identify which national polling firm conducted the fieldwork and its “historical average error” in past elections—not just the name of the subcontracted entity that oversees and signs off on the work.
Although Marcelo’s survey graphics bear the Panterra Global logo (a company formed after acquiring ClearPath Strategies), it was ClearPath that he hired in September 2024. This firm has a questionable history, as seen in Venezuela’s recent elections, where it predicted a 20-point lead for the opposition, while the actual victory was by 40 points—a nearly 100% predictive error, making its surveys unreliable.
Those who fear democracy and direct, open consultation with the people prefer surveys. These only reflect the immediate, expressed intention of respondents and not necessarily a truthful or accurate prediction of future actions. Even in the most developed countries, surveys often fail.
It seems Marcelo is influenced by Elon Musk—that is, by the possibility of finally swaying government indirectly, finding a “Bolivian Trump,” and turning the State into a business model. “Let rulers partner with entrepreneurs to introduce efficiency into government.” This concept is so flawed that Harvard University, back in 1977, transformed its School of Public Administration into the famous School of Government (Kennedy School of Government), the first of its kind in the world, recognizing the significant practical difference between running a business, managing a government, and governing a State.
Just as it is necessary to remove government from business, it is also essential to remove business from politics and government. This was a leitmotif of the 1952 April Revolution. Democracy works on the political equality of every citizen, especially when it comes to freely and secretly electing their leaders. Marcelo seems to be doing the opposite: attempting to influence voters’ and candidates’ behavior with his surveys. In advanced democracies, this could even be considered illegal.
I had the privilege of being friends and collaborating with Mario Mercado, a great mining entrepreneur and exceptional mayor, as well as my mentor during my first candidacy for Mayor of La Paz. I suspect he secretly aspired to be president of Bolivia, and as a consummate politician, he would have been a great one. Mario always wielded political influence; his two pillars were the Bolívar Club and the Ultima Hora evening newspaper. However, as an astute connoisseur and participant in Bolivian politics, Mario knew that a wealthy man always arouses suspicion when adding political power to his fortune. You can be one or the other—not both.
Marcelo, whose family and mine share a long history of friendship, could instead be the ideal depository and primary contributor to the “Single Fund” I have long proposed to finance the campaign of the desired yet anonymous “single opposition candidate” who emerges victorious in the “primaries.”
The secret, Marcelo, is not to select people; it is to build systems. Systems that organize them to compete impartially, just as in the economy, where sovereignty (decision-making) always resides with the “consumer,” that is, the people. From there, a leader will naturally emerge.
Let “the voice of the people” remain the voice of God: anonymous.
Ronald MacLean is a professor, former mayor of La Paz, and former state minister.
Por Ronald MacLean-Abaroa, Brijula Digital:
Marcelo sí, pero no así
La democracia se sustenta en leyes, no en personas
–Anónimo
El camino al infierno, dicen, está empedrado de buenas intenciones, y Marcelo Claure ha irrumpido cual elefante en la cristalería de la política. No cabe duda de sus buenas intenciones al encargar encuestas para orientar a la gente y descubrir cuál es “la voz del pueblo”.
¿Qué le motiva a Marcelo, en su deseo de orientar el proceso electoral por encima de los políticos, ofreciendo una información ilustrada que promete iluminar al electorado en medio de las “tinieblas” de la política? ¿Acaso su exitosa experiencia empresarial o su dinero?
Marcelo parece desconocer la historia política de Bolivia, y aún más. No se ha enterado del actual esfuerzo ciudadano de impulsar “primarias ciudadanas abiertas” para elegir al mejor candidato de oposición. Esfuerzo por devolverle la voz y la soberanía al votante, sin la intermediación obligatoria de los “políticos sindicalizados”, la política de unos cuantos que gozan del privilegio de poseer una “patente de corso”, que persisten en conservar su privilegio de ser o elegir a solo uno de ellos para representar a la oposición, manteniendo secuestrada a la democracia.
Marcelo, mediante sus encuestas, intenta descubrir y definir “lo que el pueblo quiere”, tal como ha escrito en su cuenta X, sondeos que no aportan nada nuevo y que parecieran tener defectos metodológicos. Por ello es importante identificar qué encuestadora nacional realizó el trabajo de campo y cuál fue su “error histórico promedio” en elecciones pasadas, no solo el nombre de ésta, que subcontrata, supervisa y pone la firma.
Aunque las gráficas de las encuestas de Marcelo llevan el sello de Panterra Global (surgida tras adquirir ClearPath Strategies), fue ClearPath la contratada por él en septiembre de 2024, y la que tiene un historial cuestionable ya que en las recientes elecciones de Venezuela vaticinó una diferencia de 20 puntos en favor de la oposición, siendo que la misma triunfó por 40 puntos; un error predictivo casi del 100%, lo cual hace sus encuestas poco confiables.
Quienes le temen a la democracia, a la consulta directa y abierta a la gente prefieren las encuestas, que solo reflejan la intención manifiesta del encuestado al instante y no necesariamente una predicción honesta y verídica de su intención o accionar futuro. De ahí que, incluso en los países más desarrollados, las encuestas fallan.
Pareciera que Marcelo está bajo la influencia de Elon Musk, es decir, de la posibilidad de finalmente influir al gobierno por interpósito, de encontrar un “Trump” boliviano y convertir al Estado en un modelo de empresa. “Que los gobernantes se asocien con los empresarios para introducirle eficiencia al gobierno”. Este concepto es tan equivocado que la propia Universidad de Harvard, ya en 1977, transformó su Escuela de Administración Pública e inventó la famosa Escuela de Gobierno (Kennedy School of Government), la primera en el mundo, reconociendo la diferencia sustancial y practica entre administrar un negocio, un gobierno y gobernar el Estado.
Así como es necesario sacar al gobierno de los negocios, lo es también sacar los negocios de la politica y del gobierno. Ese fue un leitmotiv de la Revolución de abril de 1952. La democracia funciona sobre la igualdad política de cada ciudadano, particularmente cuando se trata de elegir libre y secretamente a sus gobernantes. Marcelo pareciera estar induciendo exactamente a lo contrario: procurar influir con sus encuestas en el comportamiento de votantes y candidatos. En democracias avanzadas esto podría ser considerado hasta ilegal.
Yo tuve el privilegio de ser amigo y colaborar con Mario Mercado, gran empresario minero y excepcional alcalde, además de mi mentor cuando postulé por primera vez a la Alcaldía de La Paz. Sospecho que él aspiraba también secretamente a ser presidente de Bolivia, y siendo un político consumado hubiera sido un gran presidente. Él siempre ejerció influencia en la política; sus dos bastones a su talento fueron el club Bolívar y el vespertino Ultima Hora. Pero agudo conocedor y protagonista de la política boliviana como era, Mario sabía que un hombre acaudalado siempre levanta sospecha cuando suma el poder político a su fortuna. O se es lo uno o lo otro.
Marcelo, cuya familia y la mía tienen una larga historia de amistad, pudiera más bien ser el principal e ideal depositario y aportante del “Fondo único”, que vengo proponiendo desde hace tiempo, para financiar la campaña del añorado y aún anónimo “candidato único de oposición” que resulte de su victoria en las “primarias”.
El secreto, Marcelo, no es elegir personas, es construir sistemas. Sistemas que las organicen para que compitan imparcialmente, así como en la economía, donde la soberanía (la decisión) reside siempre en el “consumidor”, es decir, en la gente. Es de ahí que surgirá naturalmente un líder.
Dejemos que “la voz del pueblo” siga siendo todavía la voz de Dios: anónima.
Ronald MacLean es catedrático; fue alcalde de La Paz y ministro de Estado.
