Dispute over gold and land

The violence that has been unleashed in the town of Chushuara, in Apolo, in La Paz, is not isolated and, on the contrary, reveals a plot of interests of corporate groups that is outside the control of the State. And that sometimes has the State, paradoxically, as an ally of the merciless gold exploitation of rivers in the north of the country, with an unfortunate consequence of pollution and environmental damage, which mainly affects virgin forests and protected areas.

According to the facts, a group of the so-called intercultural or colonizers has confronted another of peasants last Tuesday for the domain of land in that remote town of La Paz; the interculturalists want to take control of properties that have gold potential, like others in the area, to subject them to polluting and irrational exploitation. In the dispute, according to preliminary reports, even firearms and explosives have been used, although this point must be verified by a commission from the Public Ministry that has traveled to the place; the balance of the crash is alarming: 15 people injured and seven held or taken hostage.

According to the reports of the locals, two months ago an unusual bustle began in that area of ​​agrarian vocation, when fuel tankers and foreigners entered the area to clear virgin forest with their backhoes; they also denounce that Chinese dredgers are already operating and that foreigners work in the gold mining in that area. The resistance of the community members to the subjugation of the “intercultural miners” led to the aforementioned confrontation, in which the peasants bore the brunt.

It is about an enslavement carried out by these “intercultural miners” who now appear associated with predatory “cooperatives”; these “companies”, which frequently have no legal protection, carry out activities mainly in Colombia and Peru, but now, more frequently, in the north of the country and especially in the rivers, where they exploit gold with dredgers. There are numerous complaints about these precarious operations in forested areas and also in protected areas; It has even been verified that the Government, through the Mining Administrative Jurisdictional Authority (AJAM) and the National Service of Protected Areas (Sernap) have authorized these predatory miners of the environment to complete the necessary procedures to legalize the extraction of gold in national parks. from Madidi, Apolobamba and Cotapata.

To the denunciations of a lack of control over gold smuggling, these disputes of a purely rent-seeking nature are now added –the ambition to seize gold-bearing areas at minimum cost that give quick profits, with severe ecological damage– with the support of authorities that do not neither control nor prohibit predatory mining, but favor it. It is time to stop this irrational plundering. And also to investigate the corruption that makes it possible.

Disputa por oro y tierras

La violencia que se ha desatado en la localidad de Chushuara, en Apolo, en La Paz, no es aislada y, por el contrario, revela una trama de intereses de grupos corporativos que está fuera del control del Estado. Y que a veces tiene al Estado, paradójicamente, como aliado de la explotación aurífera inmisericorde de ríos en el norte del país, con una lamentable secuela de contaminación y daño ambiental, que principalmente afecta a las selvas vírgenes y áreas protegidas.

Según la relación de hechos, un grupo de los llamados interculturales o colonizadores se ha enfrentado el pasado martes a otro de campesinos por el dominio de predios en esa remota localidad paceña; los interculturales quieren tomar el control de predios que tienen potencial aurífero, como otros de la zona, para someterlos a una explotación contaminante e irracional. En la disputa, según informes preliminares, se han empleado inclusive armas de fuego y explosivos, aunque este extremo debe ser verificado por una comisión del Ministerio Público que se ha trasladado al lugar; el saldo del choque es alarmante: 15 personas heridas y siete retenidas o tomadas como rehenes. 

De acuerdo con los informes de los lugareños, hace dos meses comenzó un trajín inusitado en esa zona de vocación agraria, cuando cisternas de combustibles y forasteros ingresaron a la zona para desmontar selva virgen con sus retroexcavadoras; denuncian también que ya operan dragas chinas y que extranjeros trabajan en la explotación aurífera de esa zona. La resistencia de los comunarios al avasallamiento de los “interculturales mineros” derivó en el referido enfrentamiento, en el cual los campesinos llevaron la peor parte.

Se trata de un avasallamiento ejecutado por estos “interculturales mineros” que ahora aparecen asociados a “cooperativas” depredadoras; estas “empresas”, que frecuentemente no tienen amparo legal, desarrollan actividades principalmente en Colombia y Perú, pero ahora, con más frecuencia, en el norte del país y especialmente en los ríos, donde explotan oro con dragas. Son numerosas las denuncias sobre estas operaciones precarias en zonas boscosas y también en las áreas protegidas; incluso se ha verificado que el Gobierno, mediante la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM) y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) han autorizado que estos mineros depredadores del medio ambiente concluyan los trámites necesarios para legalizar la extracción de oro en los parques nacionales del Madidi, Apolobamba y Cotapata.

A las denuncias de un nulo control sobre el contrabando de oro, ahora se agregan estas disputas de carácter puramente rentista –la ambición por apoderarse al costo mínimo de áreas auríferas que den rápidas ganancias, con severos daños ecológicos– con el apoyo de autoridades que no fiscalizan ni prohíben la minería depredadora, sino que la favorecen. Es hora de frenar esta expoliación irracional. Y también de investigar la corrupción que la hace posible.

https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20220401/editorial/disputa-oro-tierras