A brief summary of Diego Ayo’s article; Brujula Digital:
The Yokels of the “Process of Change”
Bolivia is on the verge of collapse. The economy is disastrous. Arce is useless, but he’s not the only one to blame: Evo is too!
What we have is a corrupt State, a mafia State, a wallet State. Ideology was just a mask: to live better, even if it meant selling one’s soul to the devil.
The problem is not only corruption, but inept corruption. In Bolivia we were and are corrupt and fools. Corruption 10, stupidity 100.
They created unnecessary state companies for lovers and cronies: “the country can wait, Gaby cannot.” Scholarships for bureaucrats’ kids, not for the brightest. Resources concentrated in Plaza Murillo to feed resentment. It was a psychological revolution: sink the right and celebrate with a “we screwed them.”
The result: political success, economic failure. Today Bolivia is the most corrupt country in Latin America and second-to-last in the world. Not only because of corruption, but above all because of ineptitude.
Masismo blew through the money from the Central Bank, from taxes, from loans, from gold, and now from newly printed bills à la UDP. They created nothing, only spent while it lasted.
That’s why Arce’s election was no accident: a first-class fool, addicted to wasteful spending and sickly redistribution, while his kids go to Disney.
What was there could never last. And so we end up: the yokels left empty-handed.
Note: “Q’olo” is a colloquial and derogatory term used in La Paz to refer to Aymara peasants or indigenous people from rural backgrounds. It is not a simple demonym, but an insult connoting backwardness and rusticity.
Resumen corto del artículo de Diego Ayo; Brújula Digital:
Los q’olos del “proceso de cambio”
Bolivia está por quebrar. La economía es desastrosa. Arce es un inútil, pero no es el único culpable: ¡también Evo!
Lo que tenemos es un Estado–corrupto, Estado–mafioso, Estado–billetera. La ideología fue sólo careta: vivir mejor aunque sea vendiendo el alma al diablo.
El problema no es sólo corrupción, sino corrupción inepta. En Bolivia fuimos y somos corruptos y giles. Corrupción 10, cojudez 100.
Se crearon empresas públicas innecesarias para amantes y socios: “el país puede esperar, la Gaby no”. Becas para hijos de burócratas, no para los más brillantes. Recursos concentrados en la Plaza Murillo para alimentar el resentimiento. Fue una revolución psicológica: hundir a la derecha y celebrar el “los hemos cagado”.
Resultado: éxito político, fracaso económico. Hoy Bolivia es el país más corrupto de América Latina y penúltimo del mundo. No sólo por corruptos, sobre todo por ineptos.
El masismo se tiró la plata del Banco Central, de los impuestos, de los préstamos, del oro y ahora de los billetes al estilo UDP. No crearon nada, sólo gastaron mientras había.
Por eso la elección de Arce no fue casual: un cojudo de marca mayor, adicto al gasto suntuario y a la repartija enfermiza, mientras sus hijos van a Disney.
Lo que había no podía durar. Y así quedamos: los q’olos yescas.
Nota: “Q’olo” es un término coloquial y despectivo usado en La Paz para referirse a campesinos aymaras o indígenas de origen rural. No es un simple gentilicio, sino un insulto que connota atraso y rusticidad.
[El texto in extenso puede leerlo en el link de abajo, gracias]
https://brujuladigital.net/opinion/los-q-39olos-del-proceso-de-cambio
